10 de abril de 2019
«Mozambique, Zimbawe y Malawi han sufrido una de las peores catástrofes metereológicas de la historia de África», sostuvo el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, respecto de los efectos del paso del ciclón Idai en marzo, expresados, hasta el cierre de esta edición, en más de 750 muertos, decenas de desaparecidos, cuantiosas pérdidas materiales y enfermedades de riesgo. Mozambique, donde el ciclón tocó la tierra en la ciudad de Beira, fue la nación más castigada: según la Oficina de la ONU de Coordinación de Asuntos Humanitarios, casi 2 millones de personas resultaron afectadas. Por otra parte, y producto de las inundaciones provocadas por el fenómeno climático, se registraron más de 500 casos de cólera en Beira y localidades aledañas. Guterres explicó que las cifras crecientes del desastre en África son «otra señal de alarma sobre los peligros del cambio climático» y exigió a la comunidad internacional seguir redoblando los esfuerzos de ayuda humanitaria. Entre los primeros países en asistir a las víctimas, estuvo Cuba al envíar –en lo que el país caribeño denomina hospital de campaña– personal, equipamiento y medicamentos para reforzar la atención sanitaria en Mozambique.
Beira. Una de las ciudades más castigadas. (Emenaket / Mission Aviation Fellowship / AFP)