26 de julio de 2017
Marchas. Contra la impunidad en la capital. (Estrella / AFP / Dachary)
El software Pegasus, adquirido por el gobierno de México para «combatir el terrorismo», fue usado para interceptar celulares de los investigadores de la masacre de Ayotzinapa, ocurrida en setiembre de 2014. Desde el inicio de su actuación, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes –creado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos– había criticado a las autoridades por sus negligencias en torno a la desaparición de los 43 estudiantes normalistas. El escándalo de espionaje fue revelado por el centro de estudios canadiense Citizen Lab, el cual viene denunciando cómo el Estado se vale del programa comercializado por la empresa israelí NSO para escuchar ilegalmente a activistas, periodistas y dirigentes partidarios. «No están interviniendo el teléfono de cualquiera, sino de alguien que tiene inmunidad (diplomática). No podían siquiera revisar nuestras maletas en el aeropuerto. Si esto le sucede a un órgano independiente invitado por el mismo gobierno, da miedo qué le podría pasar a un ciudadano común», aseguró Francisco Cox, abogado chileno y parte del grupo cuya tarea desacreditó a la Justicia e incriminó a las fuerzas de seguridad locales en la matanza de Iguala.
