12 de abril de 2018
San Sebastián. Protesta independentista. (GILLENEA / AFP / Dachary)
El grupo independentista vasco ETA había decretado un alto el fuego definitivo en 2011 luego de unos 40 años de lucha contra el Estado español. En un primer momento, los dirigentes de Euskadi Ta Askatasuna esperaban –sin grandes expectativas– que aquella decisión llevara a un acercamiento con el gobierno central para hilvanar acuerdos duraderos entre el País Vasco y Madrid. Ahora esperan lograr que el anuncio de la disolución de ETA cumpla aquel objetivo. Por eso, buscan apoyo internacional para que la decisión tenga el efecto que se necesita para una medida de tal magnitud. La noticia se conoció a través del diario vasco Gara, el Domingo de Resurrección, cuando se celebra el Día de la Patria euskera. En 2011, la Declaración de Aiete convocó al entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan; al entonces primer ministro irlandés, Bertie Ahern; al líder del partido Sinn Fein, Gerry Adams; y al jefe de Gabinete británico, Jonathan Powell, todos ellos involucrados en el proceso de paz e institucionalización de Irlanda del Norte. Ahora esperan contar con «avales» de igual cuantía. Creada en 1959 en España bajo la dictadura de Francisco Franco, ETA inició en 1969 una serie de atentados, que se intensificó en los años 80. Las autoridades le atribuyen 829 muertos en España y Francia. La izquierda independentista vasca afirma que también hubo víctimas en su bando, en alusión a las torturas, secuestros y asesinatos por parte de grupos parapoliciales.