18 de septiembre de 2025
Una comisión investigadora de la ONU afirma que Israel «está cometiendo un genocidio» en el enclave palestino. Reclamo masivo por el cese del fuego y solidaridad en marcha.

Devastación. Un edificio en llamas tras un bombardeo aéreo del ejército israelí, el 14 de septiembre.
Foto: Getty Images
El drama humanitario que se vive en la Franja de Gaza, con más de 65.000 muertos –entre ellos más de 17.000 niños, según datos recientes del Ministerio de Sanidad del enclave palestino– se agrava y produce pronunciamientos que no dejan lugar a dobles lecturas. La Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU, en un documento difundido este 16 de septiembre, señala que Israel está cometiendo un genocidio, al concluir que las fuerzas de ese país ejecutaron cuatro de los cincos actos tipificados como genocidio: asesinatos, daños graves físicos o mentales, condiciones de vida destinadas a la destrucción del grupo e imposición de medidas para impedir nacimientos. La ONU, de este modo, condena la acción criminal del Gobierno de Benjamín Netanyahu, luego de la ofensiva militar de Israel en respuesta al ataque perpetrado por Hamas, el 7 de octubre de 2023, en el que murieron 1.200 personas y otras 251 fueron tomadas como rehenes.
La gravísima situación en Gaza suma repudios a nivel mundial y se expresa en las multitudinarias protestas que condenan el genocidio. El caso más reciente ocurrió en la tradicional prueba de ciclismo (Vuelta de España) en Madrid, donde manifestantes obligaron a suspender la competición. El Gobierno español, liderado por Pedro Sánchez, no solo respaldó el reclamo sino que endureció su postura al afirmar que «Israel no debería participar en competencias internacionales mientras continúe la ofensiva en Gaza». Pese al repudio global, los señalamientos de la citada comisión de la ONU e incluso de la Corte Internacional de Justicia –en 2024 señaló que Israel «cometió múltiples y graves violaciones del derecho internacional contra los palestinos en los Territorios Palestinos ocupados»–, Netanyahu volvió a ignorar la acusación de genocidio y decidió profundizar la ofensiva terrestre para tomar el control total de la Franja.

Flotilla global Sumud. Una de las embarcaciones con ayuda humanitaria, en Barcelona.
Foto: Getty Images
La continuidad de la agresión de Israel cuenta con la bendición de la administración estadounidense encabezada por Donald Trump, una alianza que parece ser a prueba de balas. Basta mencionar el reciente ataque de Israel contra líderes de Hamas, en Doha (Qatar), mientras se llevaba adelante una reunión para debatir una propuesta de alto el fuego. «Hamas debe dejar de existir como un elemento armado que pueda amenazar la paz y la seguridad de la región», señaló el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, durante su visita a Jerusalén, el pasado fin de semana, donde se reunió con Netanyahu. «Una muestra de la fortaleza de la alianza entre Israel y Estados Unidos», dijo el primer ministro israelí en la red X.
Alzar la voz
En ese contexto de intransigencia, los familiares de los rehenes israelíes en manos de Hamas vienen manifestando sus críticas contra Netanyahu, mientras se multiplican las movilizaciones en Israel exigiendo el cese del fuego. «La operación selectiva en Qatar demostró sin lugar a dudas que existe un obstáculo para el retorno de los 48 rehenes y el fin de la guerra: el primer ministro Netanyahu», señala el documento del Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos en un mensaje difundido en redes sociales, y añade: «Ha llegado el momento de acabar con las excusas diseñadas para ganar tiempo y aferrarse al poder».

Jerusalén. Netanyahu con Marco Rubio en el Muro de los Lamentos, durante la reciente visita del secretario de Estado de la administración Trump.
Foto: Getty Images
A poco de cumplirse dos años del atentado de Hamas y la ofensiva de Israel, la situación en Gaza empeora día a día y despierta la solidaridad global. A la destrucción por los bombardeos se suma el retraso de la ayuda humanitaria, que a veces no llega. Por este motivo, múltiples grupos de derechos humanos, ONG y activistas formaron la flotilla Global Sumud (en árabe «perseverancia, constancia»). La flotilla, con 300 personas a bordo entre los que se encuentran la activista medioambiental sueca Greta Thunberg, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el actor irlandés Liam Cunningham, partió a comienzos de septiembre y lleva suministros humanitarios esenciales como alimentos, agua potable y medicamentos. «Somos muchos más barcos, somos muchas más personas, y esta movilización es histórica», señaló antes de partir la activista Thunberg. El lema de la embarcación dice: «Cuando el mundo se queda en silencio, nosotros zarpamos».