16 de mayo de 2025
El encuentro reforzó la alianza estratégica de Beijing con países como Brasil, Chile y Colombia, entre otros. El Gobierno argentino le dio la espalda, alineado con los intereses de EE.UU.

Foro. Boric, Petro, Xi Jinping y Lula, juntos en el Gran Salón del Pueblo, en la capital del país asiático.
Foto: Getty Images
Esta semana se realizó en Beijing una nueva cumbre del Foro CELAC+China, ya con una década de desarrollo, aunque un tanto irregular. Esta vez, ese espacio de diálogo entre ambas partes sí tuvo un significado especial: pese a que la convocatoria era de nivel de cancilleres, la abrió, en un gesto inusual para el protocolo, el propio presidente chino Xi Jinping y asistieron, además de ministros de Relaciones Exteriores de los más de 20 países de Latinoamérica y el Caribe, tres importantes jefes de Estado como Lula, de Brasil, Gustavo Petro, de Colombia, y Gabriel Boric, de Chile. También estuvo la titular del banco de los BRICS, el Nuevo Banco de Desarrollo, la expresidenta brasileña Dilma Rousseff, cuyas oficinas están en Shanghái.
Argentina no solo no envió al canciller Guillermo Werthein, seguramente en tareas más relevantes, sino que mandó a representantes de rango menor. Y además, como viene haciendo en los últimos encuentros, por ejemplo el anterior en Tegucigalpa, Honduras, donde se negó a firmar la declaración final intentando que nadie la aprobara, igual que Paraguay, ningunea el encuentro y trata de contribuir con su horadación.
El significado especial del Foro 2025, además de la presencia de varios primeros mandatarios en un encuentro que a priori era de cancilleres solamente, se dio también porque todo esto ocurre mientras Estados Unidos profundiza su pretendida expulsión de China de América Latina, con el argumento típico y explícito de la Doctrina Monroe y del «patio trasero», mientras que el país asiático no hace sino consolidar sus lazos allí, como viene haciendo con el planeta entero.
Largo plazo
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) nació en 2011 en Venezuela. Su agenda es puramente declarativa, no tiene instrumentos de acción. Y con China (como el colombiano Gustavo Petro, actual presidente rotativo del grupo, acaba de ofrecer también a Estados Unidos, en un gesto de amplitud) tiene un Foro anual donde se intercambian ideas para mejorar los contactos económicos, políticos y culturales. Dada la fragmentación y diversidad latinoamericana, que le hace perder fuerza para ofrecer una agenda propia consensuada, en general los foros CELAC+China parecen más formateados por los objetivos de largo plazo de esta última, que sí tiene estrategia y planificación bien claras.
China viene planteando hace rato un «diálogo de civilizaciones» con nuestra región, basado en sus principios de «no injerencia», «ganancia compartida», «entendimiento mutuo». Lo repitió ahora el presidente Xi al abrir el encuentro, apenas regresado de Rusia, donde, en otra cita muy simbólica, junto a Vladimir Putin, Lula da Silva y otros líderes conmemoraron los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial en clave BRICS, cuestionando la narrativa occidental sobre aquella contienda. Dijo Xi ante el Foro CELAC+China: «Desde el nuevo siglo, sobre todo en los últimos años, China y la región hemos venido escribiendo lindas historias de nuestro futuro compartido (…) A lo largo de estos diez años, gracias a los esmerados esfuerzos de China y ALC, el Foro ha pasado de un plantón tierno a un árbol erguido, lo cual me llena de ánimo y satisfacción». También informó que habrá 300 proyectos «pequeños pero hermosos» de alto impacto social.

Definiciones. Discurso del mandatario chino en la apertura de la reunión, este martes.
Foto: NA
Por distintos caminos
China avanzan en varios planos con América Latina y el Caribe. Tiene cuantiosos recursos humanos y financieros para hacerlo, lo que le da primacía en los vínculos, realiza obras como el recientemente inaugurado megapuerto y nodo logístico de Chancay del Perú para conectar mejor al Pacífico con Nuestra América o inversiones en los sectores que más apetece, como minería, energía, agroalimentos, conectividad, desde Mexico hasta la Antártida. Pero también busca mayor entendimiento. Por ejemplo, como parte de la Declaración de Beijing que se acordó ahora, habrá 3.500 becas gubernamentales para capacitación técnica, 500 becas para profesores de idioma mandarín, 300 plazas para especialistas en reducción de pobreza y 1.000 cupos en el programa «Puente Chino» para visitas culturales. Con su actual Gobierno, Argentina se perderá todo eso, además de inversiones que quedaron en standby por presiones del Norte (al contrario, Argentina no quedó sin «stanby» del Fondo Monetario Internacional, donde EE.UU. presionó abiertamente para que, al tomar por enésima vez una nueva deuda con ese organismo, nuestro país se salga del crédito swap que China viene estirando sin presionar por el pago de los intereses que le corresponderían, como gesto de buena voluntad). Los enviados de Milei a Beijing fueron el vicecanciller Eduardo Bustamante y el jefe de gabinete del Palacio San Martín, Ricardo Lachterman, que no estuvieron en la tradicional foto de familia, no fuera cosa que los vieran en Washington.
Las acciones de China en la región se dan pese a que EE.UU. busca evitarlas. Para eso, el país norteamericano cuenta con, principalmente, tres Gobiernos títere. El del salvadoreño Nayib Bukele en centroamérica, el del recientemente reelecto (con polémica, era mucho lo que se jugaba allí a nivel local y a nivel continental) ecuatoriano Daniel Noboa en la zona andina, y el del argentino, el más importante por su peso geopolítico y por los lazos gestados durante años con China, Javier Milei en el extremo sur. Las recientes visitas del secretario del Tesoro, Scott Bessent, presionando contra el swap o la del nuevo jefe del Comando Sur, el almirante Alvin Holsey, quien en Tierra del Fuego avanzó con la idea de sentar una base militar, abiertamente en competencia con lo que en Gobiernos anteriores se venía hablando con China, fueron muestras evidentes de esa postura, que por lo demás Donald Trump vocifera a cada instante.
En la declaración final de Beijing alcanza a leerse: «La República Argentina estuvo ausente del Plenario Ministerial en la Cuarta Reunión del Foro CELAC+China y no participó en la adopción de estos documentos». El mundo igual avanza, sobre todo desde el sur global, que el 6 y 7 de julio tiene otra cita en Río de Janeiro, la de los BRICS, ahora ampliados, y del que también se retiró la Argentina de Milei.