22 de mayo de 2019
Justicia. Retratos de víctimas en Bogotá. (Sánchez/AFP/Dachary)Sin respuestas oficiales eficaces para atenuarlos, la escalada de ataques sangrientos contra líderes sociales sigue aumentado en Colombia. Los datos son elocuentes: según el informe anual de la ONG Somos Defensores, en 2018 se registraron 155 homicidios, un 46% más que las 106 víctimas contabilizadas un año atrás. Por su parte, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) sostuvo que hasta fines de abril de 2019 la cifra de líderes asesinados asciende a 60. Frente a este panorama, la Defensoría del Pueblo mostró su preocupación, teniendo en cuenta que también se incrementaron las amenazas en los últimos meses, lo que viene reforzando el reclamo de organismos nacionales e internacionales junto con movimientos sociales para que el gobierno de Iván Duque deje la inacción y proteja a los líderes. «Se está llegando a un punto de no retorno que debemos evaluar», dijo la activista de un grupo de protección de defensores. La grave problemática volvió a estar en el centro de la escena luego del reciente atentado contra Francia Márquez, luchadora social de Cauca, y del asesinato del realizador cinematográfico Mauricio Lezama, quien estaba trabajando en un documental sobre las víctimas del conflicto armado.