31 de octubre de 2019
El Parlamento brasileño aprobó la controvertida reforma previsional, una ley clave para el programa neoliberal de Jair Bolsonaro. La normativa, por primera vez en la historia, eleva la edad mínima para jubilarse a 62 años para las mujeres y 65 para los varones. Además, estipula un tiempo mínimo de aportes al sistema provisional con el fin de acceder a una pensión parcial: de 15 y 20 años en los trabajadores del sector público y de 25 en los del sector privado. Respecto de la retribución completa de la jubilación, el nuevo texto obliga a hombres y mujeres a trabajar 40 y 35 años, respectivamente. Mientras que desde el Gobierno celebraron la aprobación de la legislación dado que, afirman, permitirá un ahorro de 200.000 millones de dólares en 10 años, la oposición cuestionó la medida en virtud de que dejará sin pensión completa a millones de personas.