27 de abril de 2016
Los recientes combates entre Armenia y Azerbaiyán en torno al enclave del Alto Karabaj sacudieron el mapa geopolítico del Cáucaso sur. El presidente iraní, Hasán Rouhani, fue uno de los primeros en intervenir para lograr una solución pacífica. «El terrorismo trabaja para extender las tensiones a toda la región y podría beneficiarse de estas tensiones», aseguró. Su par turco, Recep Erdogan, insistió con el apoyo a los azeríes, agitando una retórica nacionalista que se dirige tanto al plano doméstico como su lucha geopolítica con Rusia. El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, insistió en que la salida debe ser diplomática y no militar. Moscú, principal mediador del conflicto y cabeza de la Unión Euroasiática, bloque del que participan los países beligerantes, ratificó la necesidad de prolongar la mediación del Grupo de Minsk.