7 de octubre de 2015
«Deberíamos haber tenido los resultados de la autopsia y en su lugar tuvimos un golpe de Estado», reflexionó Mariam, la viuda de Thomas Sankara. La investigación sobre el asesinato del revolucionario fue una de las causas del reciente golpe fallido en Burkina Faso. El Régimen de Seguridad Presidencial, que derrocó por unos días al gobierno de transición, no quiere que la Justicia investigue los crímenes que se cometieron durante la dictadura de su jefe, el exiliado Blaise Compaoré. Aunque las presiones internacionales obligaron a que ese verdadero ejército paralelo regrese el poder al presidente Michel Kafando, sus cabecillas se niegan a desarmarse y se muestran ambiguos sobre aceptar el diálogo. Saben que retrasaron las elecciones y seguirán presionando para que se los amnistíe por sus violaciones a los derechos humanos. El primer ministro repuesto, Yacouba Zida, expresó la tensión actual y señaló: «El proceso electoral se reanudará, pero en consulta con todas las partes interesadas».