23 de septiembre de 2015
Finlandia decidió recortar derechos salariales con la excusa de hacer «más competitivo» al país. A tres años del inicio de una recesión que incrementó el número de personas que acuden al reparto gratuito de alimentos, conocido como leipäjono, el gobierno liberal de Juha Sipila impondrá la austeridad a los convenios colectivos de trabajo. La agenda de Sipila, uno de los líderes más agresivos respecto del auxilio a Grecia, incluye la reducción de las indemnizaciones por despidos, los pagos de horas extras, los días de vacaciones y de ausencia por enfermedad.
Según el dirigente verde, Ville Niinstö, «los sectores de bajos y medios ingresos, en los que predominan las mujeres, y los enfermos, serán los que van a pagar el más alto precio». Paavo Arhinmäki, de la Alianza de Izquierdas, alertó que «es peligroso que la gente no pueda permitirse quedarse en su casa cuando está enferma, porque se puede agravar su condición y contagiar al resto de la comunidad de trabajo». Para la Confederación de Sindicatos de Finlandia se trata de «medidas coercitivas». Su líder, Lauiri Lyly, declaró: «Si estas propuestas se llevan a cabo, tendrán consecuencias incalculables para toda la sociedad».