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Revancha

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La llegada de Exxon Mobil al Esequibo, zona disputada entre Venezuela y Guyana, se convirtió en una provocación geopolítica para Caracas y los países socios de Petrocaribe. El presidente guyanés, el exmilitar nacionalista David Granger, le dio un trato preferencial a la petrolera estadounidense y anunció que va a «explotar unilateralmente» recursos naturales en los territorios del diferendo. El gobierno bolivariano acusa a Exxon de buscar revancha porque el CIADI no le concedió la indemnización que exigía al Gobierno de Hugo Chávez por la nacionalización del petróleo. Pretenden «imponer una agenda bélica en una región que se ha declarado de paz» indican desde el PSUV. No sería la primera vez que la empresa fundada por los Rockefeller busca incentivar la guerra como lo hizo con Bolivia y Paraguay o Irak y Kuwait. El presidente Nicolás Maduro, no dudó en acusar a la transnacional: «No solo quiere apoderarse de nuestra hermana Guyana, quiere apoderarse de la Guayana Esequiba que le pertenece históricamente a Venezuela y quiere entrarle al Orinoco y para lograr esos objetivos debe debilitar, aislar y destruir a la revolución socialista bolivariana».