1 de junio de 2024

Manuel Alfieri

El líder republicano fue declarado culpable de sobornar a una actriz porno y se convirtió en el primer expresidente de EE.UU. en recibir una condena penal. Terremoto político rumbo a las elecciones.

«Histórico fallo». Así lo catalogaron todos los medios del mundo. Donald John Trump se convirtió en el primer expresidente de Estados Unidos en ser declarado culpable por haber cometido un delito grave. En su caso, en realidad, fueron un total de 34. Por unanimidad, los 12 miembros del jurado popular de Nueva York llegaron a la conclusión de que el poderoso y polémico magnate de 77 años falsificó registros contables para encubrir el pago de un soborno a la actriz de cine porno Stephanie Clifford (conocida como «Stormy Daniels»), quien amenazaba con arruinar su campaña en la recta final de las presidenciales de 2016.

De acuerdo con la acusación, Trump pagó 130.000 dólares a Clifford para que guardara silencio sobre una presunta relación sexual ocurrida en el año 2006, con el fin de que sus aspiraciones por llegar al Salón Oval de la Casa Blanca no se vieran frustradas. Los pagos, realizados por el entonces abogado del multimillonario, Michael Cohen, fueron revelados por el diario The Wall Street Journal en enero de 2018, mucho después de que Trump venciera en las elecciones y accediera a la presidencia. El esquema montado, sostuvieron los fiscales, permitió disfrazar el soborno como «honorarios legales» en las cuentas de la Organización Trump.

Ahora la pelota la tiene el juez del caso, que debe imponer la sentencia, con fecha fijada para el próximo 11 de julio. La pena máxima para los delitos cometidos por el empresario ultraderechista –uno de los máximos referentes internacionales del presidente argentino Javier Milei– es de cuatro años. Sin embargo, también podría recibir una multa o una pena alternativa como la libertad condicional, dada la edad del expresidente y que se trata de su primera condena penal, a pesar del largo historial de denuncias en su contra. Trump, además, apelará el fallo, lo que retrasará aún más el proceso judicial.

«Soy un hombre muy inocente», se defendió el magnate en su primer contacto con la prensa tras el fallo. «Esto lo ha hecho la Administración Biden con el fin de dañar a un oponente político», agregó el exconductor televisivo, quien también denunció una «cacería de brujas» en su contra. Trump apuesta todas sus fichas a las próximas elecciones presidenciales, en las que enfrentará nuevamente a Joe Biden, con quien perdió en 2020. «El verdadero veredicto será el 5 de noviembre por el pueblo», aseguró a la salida del tribunal.

Futuro turbulento

Biden, por su parte, respondió que el fallo demuestra que «nadie está por encima de la ley», pero que, en definitiva, «la manera de mantener a Trump fuera de la Casa Blanca» es a través de las urnas. Efectivamente, el veredicto no impedirá que el republicano pueda presentarse a las elecciones. Nada dice la Constitución de EE.UU. acerca de si un candidato se encuentra encarcelado o acumula condenas en su contra, por lo que la única forma de impedir su retorno a la presidencia será por decisión popular.

Si bien la condena provocó un terremoto político en EE.UU., aún es incierto cómo incidirá en el proceso electoral y cómo impactará en la imagen de Trump. Las encuestas vaticinan una elección extremadamente reñida, en la que contará cada voto. En ese marco, algunos sondeos sostienen que el resultado del juicio no tendría ningún efecto sobre los votantes. Dos tercios de los encuestados por la radio pública NPR aseguró que un veredicto de culpabilidad no cambiaría en nada su elección en el cuarto oscuro. Un 15% dijo que se sentiría incluso más animado a votar por Trump. Otro dato en ese mismo sentido: el sitio web de recaudación de fondos del republicano colapsó tras conocerse el fallo del jurado por el aluvión de simpatizantes que querían hacer su donación. Como de costumbre, las redes sociales de los seguidores trumpistas se llenaron de odio, amenazas y violencia. La estrategia de victimización de quien ahora se considera un «perseguido político» parece ser fructífera, al menos por el momento. Sin embargo, se trata de una situación inédita y la reacción del electorado –cada vez más difícil de medir a través de encuestas– se conocerá con certeza recién dentro de cinco meses. Hasta entonces, mucha agua correrá bajo el puente de la turbulenta política estadounidense.