Opinión

Alienación

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Les escribo desde una cabaña que alquilé por unos días cerca de San Martín de los Andes. Parece que estuviera en otro planeta. Rodeada de montañas, valles, árboles centenarios, arroyos, y verde, ¡mucho verde! ¡Qué diferente a cómo se vive en Buenos Aires!, y me imagino que en otras grandes ciudades como Córdoba, Rosario, Mar del Plata o Mendoza. Creo que la desconexión que la vida actual ha provocado entre el hombre y la naturaleza nos está afectando como humanidad. Aunque parezca un cliché, creo que la vida de alienación que se lleva en las ciudades es cada vez más perjudicial para la mente. Y para el cuerpo. No solo por la polución de las ciudades sino por el estrés al que estamos sometidos en forma cotidiana por las exigencias del trabajo, de la familia, de no perder lo mucho o poco que se ha ganado, los conflictos sociales… son miles las cosas que el ser humano está haciendo en su propio perjuicio, y no hablo solo de nuestro país, sino del mundo entero: contaminación del aire, contaminación de los ríos, de los mares, calentamiento global provocado por los gases de invernadero de las grandes industrias, y un largo etcétera.
Deberíamos buscar la forma de no vivir tan concentrados en centros urbanos.  Claro, es allí donde se encuentra el trabajo y mucha gente necesita trasladarse a las ciudades para mejorar su calidad de vida. Pero supongo que debe haber formas de modificar esto. De lograr que todos podamos tener un pequeño espacio de verde, que los edificios no estén pegados unos con otros, que la gente pueda tener su vivienda propia, su trabajo, que no se concentren millones de personas en una ciudad, sino unos pocos miles en cientos de pequeñas poblaciones. Hay especialistas en planificación urbana. ¿Por qué no hay planes de los gobiernos para terminar con esto?

 

Susana Demarco
Ciudad de Buenos Aires

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