12 de diciembre de 2013
Quería hacerles llegar mi felicitación por el artículo sobre el cine nacional publicado en la edición de la primera quincena de diciembre. Me pareció muy completo y da una buena idea de en qué situación se halla esta industria argentina que allá por los años 50 supo ser una de las más importantes de Hispanoamérica. Y no digo Sudamérica, porque por aquellos años, cuando yo era joven, el cine argentino llegaba bien al norte, especialmente a México, donde nuestros artistas eran muy apreciados en su labor y tan queridos como muchos ídolos del cine hollywoodense. Por supuesto acá también admirábamos a actores y actrices del cine mexicano, como los inolvidables María Félix y Jorge Negrete. Acá también tuvimos grandes actores, actrices y directores, Mario Soffici, Lucas Demare, Hugo del Carril, Tita Merello, Enrique Muiño, Niní Marshall, Luis Sandrini, Olga Zubarry, Guillermo Battaglia, y tantos otros. Siempre les recomiendo a nuestros jóvenes que traten de ver aquellas viejas películas argentinas de los años 50, 60 y 70. Hay algunas verdaderas joyitas como Prisioneros de la tierra, La guerra gaucha, El ángel desnudo, Mercado de Abasto, Las aguas bajan turbias, y más acá, el cine de Leopoldo Torre Nilson y actorazos como Alfredo Alcón, Graciela Borges, Lautaro Murúa, etcétera.
Con el cierre de los videoclubes hay mucho material que seguramente se habrá perdido. Si a esto le sumamos la pronta muerte del DVD, con algunas –no hay que pensar que fueron tantas– reediciones de los clásicos argentinos, el panorama de preservar nuestro acervo cultural no es muy alentador. Ojalá nuestro cine actual logre aquel esplendor, porque ahora también hay buenos actores y directores con mucho empuje. La iniciativa de la red de cines del Espacio INCAA me ha parecido un verdadero logro gracias al cual se puede ver buen cine argentino por unos pocos pesos.
Atilio Romero
Ciudad de Buenos Aires