Opinión | A fondo

Coronavirus: la salud en primera plana

Tiempo de lectura: ...

La pandemia de COVID-19 no se detiene. Al cierre de esta edición, ya son más de cinco millones y medio las personas infectadas y se registran más de 350.000 víctimas fatales. En nuestro país, como resultado de la oportuna decisión de implementar una cuarentena desde el 20 de marzo, los números son inferiores a los informados por otros países.  
Sabido es que la Argentina atraviesa años de abandono de políticas sustantivas en el sector salud. De hecho, por ejemplo, el Gobierno anterior degradó por decreto a Secretaría el Ministerio de Salud. La aparición de la pandemia obligó a modificar esta conducta. Así, rápidamente, se terminaron y equiparon hospitales abandonados, se sumaron camas de terapia intensiva, se compró equipamiento. En síntesis, se puso en primera plana al sector salud. Primera conclusión: cuando se quiere, se puede.
Además, un grupo de destacados expertos fueron convocados para asesorar al Ministerio de Salud y al presidente. Sus consejos fueron tenidos en cuenta y los resultados son visibles. Segunda conclusión: los profesionales de la salud pueden asesorar y diseñar políticas públicas de interés nacional.
En tanto, científicos y técnicos de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud «Doctor Carlos G. Malbran» lograron secuenciar de forma exitosa el genoma completo SARS-Cov-2, lo que será útil para contribuir al desarrollo de una vacuna para combatir el coronavirus. Por su parte, la Universidad de Buenos Aires fue elegida para participar en las etapas iniciales de la prueba de una vacuna contra el COVID-19, en colaboración con la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos. Además, empresas argentinas triplicaron la producción de respiradores a menor costo que los importados. ANMAT validó el uso de NEOKIT-COVID-19, fruto del trabajo de investigadores del CONICET, un nuevo kit de diagnóstico de COVID-19 –de bajo costo y fácil de maniobrar– que permite indicar en menos de dos horas si una persona está o no infectada. Y el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Ghebreyesus, anunció la puesta en marcha de un gran ensayo clínico a nivel mundial en busca del tratamiento más eficaz contra el coronavirus, e invitó a la Argentina a participar del estudio. Tercera conclusión: Argentina tiene investigadores, instituciones y empresas públicas y privadas con capacidad de fabricar insumos y desarrollar acciones de valor científico y sanitario de nivel internacional.
Otro hecho destacado es que por primera vez en muchos años, el sector público y privado de la salud pudieron coordinar acciones para enfrentar la pandemia. El ministro de Salud, Ginés González García, conformó, con representantes de todas las cámaras privadas de salud y distintas obras sociales, una mesa de coordinación para dar una respuesta integral entre el sector público y privado. También existe una coordinación sanitaria entre la Nación, la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, en lo que se denomina la zona AMBA. Cuarta conclusión: se pueden coordinar acciones sanitarias entre Nación y las provincias, y entre el sector público y privado dado que los virus y otras infecciones no reconocen fronteras geográficas.
En este contexto quedó expuesta la falta de reconocimiento económico de los profesionales de la salud. El portal de empleos Bumeran consigna que el sueldo de un médico en la Argentina ronda los 34.665 pesos mensuales en promedio, y el de un enfermero es de 27.840 mensuales. Quizás reconociendo esta situación, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad un régimen de beneficios especiales para el personal de la salud y de las fuerzas y servicios esenciales. Quinta conclusión: no basta con los aplausos, debe mejorarse sustancialmente el salario del personal de salud.
Finalmente, si bien no sabemos cuándo, la pandemia se atenuará y/o desaparecerá. Pero otras epidemias sobrevendrán –por caso, mientras padecemos el COVID-19, el dengue ha producido, en lo que va del año, 32.000 infectados y 24 muertos en el país– y los argentinos debemos debatir, repensar y modificar un sistema sanitario desigual y disgregado, para que esté acorde con las necesidades de los nuevos tiempos.


(NA)

Estás leyendo:

Opinión A fondo

Coronavirus: la salud en primera plana