Opinión

Jorge Vilas

Periodista

Sobre derechos y necesidades

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Las aseveraciones del vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Carlos Rosenkrantz, en una conferencia dictada en Chile configuran, sin dobleces ni ambigüedades, una mirada del mundo. Cuando un juez del máximo tribunal sostiene que «no puede haber un derecho detrás de cada necesidad» consagra el imperio del privilegio en su concepción de la sociedad: los derechos son para algunos, otros solo pueden aspirar a tener necesidades. Más cerca de su trayectoria como abogado de grandes y poderosos conglomerados empresarios que de su rol como juez del Tribunal Supremo del país, Rosenkrantz dijo ante el auditorio trasandino que «obviamente un mundo donde todas las necesidades son satisfechas es deseado por todos, pero no existe. Si existiera, no tendría ningún sentido la discusión política y moral». 
Si no todos tienen derecho a satisfacer sus necesidades, ¿a quién le corresponde distinguir entre quiénes sí pueden y quiénes no? ¿A la Justicia? ¿Al mercado, que dispone quién tiene dinero suficiente y quién no? ¿Cómo se construye esa sociedad en la que muchos nacen condenados a padecer? El expresidente de la Corte Suprema, tribunal al que se sumó durante el macrismo, primero designado por decreto, y luego, tras la repulsa general que desató esa decisión ilegal del entonces presidente Macri, convalidado por el Congreso Nacional, lo explica así: «No puede haber un derecho detrás de cada necesidad porque no hay suficientes recursos para satisfacer todas las necesidades, a menos que restrinjamos qué se entiende por necesidad y que se entienda por derecho a las acciones que no son jurídicamente ejecutables», sostuvo en el acto convocado bajo el título «Justicia, derecho y populismo en América Latina».
Es decir, mientras algunos tienen todo y muchos tienen poco o nada, la Justicia según la entiende esta concepción, poco tiene por hacer más que convalidar el statu quo. La señora de ojos vendados no debe ver la desigualdad. «Los derechos tienen un costo», dijo Rosenkrantz, y el que pueda asumirlos, los tendrá. El que no pueda hacerlo, bajo esta mirada elitista de la sociedad, tiene a su disposición la opción que describió recientemente el diputado ultraderechista Javier Milei: ejercer su libertad de morirse de hambre. 

Juez. Polémicas afirmaciones del vicepresidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, en una conferencia pronunciada en Chile.

NA

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