Opinión | A fondo

El impulso de la gestión

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A fines del año pasado la economía comenzaba tímidamente a recuperarse, liderada por la producción automotriz pero con datos estadísticos que no avalaban una tendencia definida. En el primer trimestre de este año la mejoría ya se extendía a otros sectores como el de la construcción y el desempeño de la economía se mostraba más firme. En el segundo trimestre, con la cosecha récord, la recuperación es incontrastable y arroja cifras de crecimiento interanual superiores al 7%. El desempeño más notorio es el de la inversión, que según guarismos extraoficiales (los oficiales estarán recién en setiembre) está subiendo al 11% en el segundo trimestre. Es cierto que se compara con la economía amesetada de 2012, que en el caso de la inversión mostró una baja pronunciada, pero también es indiscutible que se está produciendo mucho más que el año pasado, y todo indica que las altas cifras de crecimiento continuarán en el tercer trimestre.
Hay que remarcar que estas son las cifras agregadas de la economía, ya que cuando el análisis se realiza por sectores el panorama es distinto: hay ramas que están evidenciando records históricos de producción, como los granos y las automotrices, otros que están mostrando una fuerte recuperación como la construcción, mientras que los textiles aún exhiben cifras negativas y el acero descendió casi un 10% en el semestre, arrastrado por la baja de precios internacionales.
Es una economía tensionada por la crisis internacional y los problemas domésticos. Los resultados comentados son fruto de la multiplicidad de políticas anticíclicas implementadas por el Gobierno nacional u otros organismos públicos. Durante el año pasado y hasta hoy, en ningún momento dejó de aumentar el crédito a la producción, liderado por la banca pública nacional, y por la importante línea de Crédito para la Inversión Productiva, orientada desde el Banco Central de la República Argentina (BCRA). En esta línea los bancos colocaron entre el segundo semestre de 2012 y el primero de 2013 unos 35.000 millones de pesos, el 56% de este monto destinado a pymes, lo que significó para estas últimas una fuerte inyección de financiamiento y estímulo para la inversión. El BCRA estima que el aporte de esta línea equivale al 40% del crecimiento interanual de la Inversión Bruta Interna Fija durante el período reseñado, un impacto significativo. A esto deben agregarse los préstamos a tasa subsidiada del ProCreAr para la construcción de viviendas, que están dinamizando el sector de la construcción y brindando soluciones habitacionales. También se expresa en el 12% del Fondo de Garantía de Sustentabilidad que la ANSES invierte en proyectos productivos e infraestructura por 32.000 millones de pesos.
Se ha generado un shock de consumo que seguirá motorizando la actividad gracias a la firma de las  principales paritarias, más los importantes aumentos en las jubilaciones y pensiones por la fórmula de ajuste, así como el fuerte  incremento en la Asignación Universal por Hijo, y marginalmente la devolución de retención de ganancias por el aguinaldo a la mayoría de los trabajadores.
Por supuesto, esta estrategia no está exenta de acechanzas dado que, por las características de la puja distributiva existente, se corre el riesgo de que gran parte de ese mayor poder de consumo sea absorbido por mayores precios fijados por las grandes empresas en los mercados concentrados. El problema inflacionario no está solucionado, si bien se han tomado algunas medidas que influyen positivamente, como acordar con los supermercados el congelamiento de precios entre marzo y mayo, proceso que luego se restringió a 500 productos, así como el programa Mirar para Cuidar que permite que los actores sociales sean partícipes del control de precios, conducta que ha propuesto históricamente el Instituto Movilizador. Para enfrentar estas dificultades, hay que realizar una profunda reforma tributaria que grave fuertemente las ganancias extraordinarias, e ir transitando hacia una administración de los márgenes de ganancia de las distintas cadenas de producción y comercialización. De allí que el camino para seguir creciendo debe conducir necesariamente a seguir profundizando el modelo político y económico actual.