Opinión

Ezequiel Fernández Moores

Periodista

El otro fútbol campeón del mundo

Tiempo de lectura: ...

«Arrrranca la Liga del campeón del mundo», avisa «el Pollo» Vignolo. Falta un minuto para que Boca inicie su partido contra Atlético Tucumán, domingo por la noche en la Bombonera. En rigor, la Liga había iniciado dos días antes, pero Boca, al menos para la TV, es «EL» fútbol argentino. Por su rating histórico, no por su fútbol (al Boca campeón de la era Riquelme le sigue costando jugar bien). 
Dos horas antes había jugado Racing. El empate sin goles en el Cilindro contra el ascendido Belgrano casi se juega sin público. Interna barra. 200 que podían más que 40.000. Los buscamos para que gritaran en el Mundial de Qatar. Y los vimos en la Supercopa extraña de Abu Dhabi. Los vemos desde siempre. 
Y el sábado había ganado River, ya no el del Muñeco Gallardo (la ausencia más sentida de esta vuelta), sino el de Martín Demichelis, con Nacho Fernández II y, cuando esté listo, el goleador venezolano Salomón Rondón. River tiene el mejor plantel del campeonato.
Hablamos de Boca, Racing y River. Y podríamos hacerlo de Independiente, San Lorenzo o de cualquiera de los 28 equipos. ¿Y si habláramos también, por ejemplo, de Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque? Fue el club formativo que visitó Leandro Paredes tras la coronación en Qatar. ¿O de La Justina, de San Justo? ¿O Brisas de Lomas, los dos clubes iniciáticos de Paredes?  «Te vimos crecer, te vemos campeón», dicen las paredes de La Justina, que, al mismo tiempo que la selección ganaba en Qatar, despedía a la promoción 2009 de la categoría «baby». «Mucha suerte para lo que sigue», deseaba el club a los pibes, al posible Paredes del futuro.
Aprendices, de Casilda, el club de Franco Armani, anunciaba el sábado último el inicio de pretemporada de su equipo femenino. Podríamos decir cosas similares de Ateneo Popular de La Plata (el club de Gerónimo Rulli), El Tala de González Catán (Gonzalo Montiel), Náutico Fitz Simon, Embalse Córdoba (Nahuel Molina) y de cada uno de los clubes que formaron en sus primeros años a los campeones de Qatar, como Barrio Nuevo Devoto (Nicolás Otamendi), Deportivo Belgrano, Sarandí (Rodrigo De Paul), La Recova, Villa Lynch (Enzo Fernández, el pibe que hoy vale 100 millones de euros), el cordobés Calchín (Julián Alvarez) o hasta el rosarino Abanderado Grandoli (Leo Messi). Son clubes centenarios que recorren toda nuestra geografía. Como las asociaciones civiles (no las Sociedades Anónimas) que juegan la Liga que comenzó este fin de semana. Clubes, todos, que explican el extraño fenómeno de un país en crisis eternas. Y campeón mundial.

Del barrio al mundo. Franco Armani, integrante del plantel de Scaloni y arquero de River, en el reconocimiento que le hicieron en Santiago del Estero.

Foto: Télam

Estás leyendo:

El otro fútbol campeón del mundo