Opinión | A fondo

Emprendedurismo y flexibilización laboral

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Desde el inicio de su gestión, el presidente Mauricio Macri expresó el lineamiento de su modelo económico bajo las consignas de la liberalización, desregulación y desinflación, tres columnas fundamentales de un plan neoliberal que lleva al ajuste y a la flexibilización laboral, que se conjugan para terminar impulsando la pérdida de empleos e impactando negativamente en el salario real.  
A su vez, mediante una supuesta agenda modernizadora, el gobierno de Cambiemos pretende imponer políticas que instalen el emprendedurismo como una receta magistral para resolver los problemas de productividad de bienes y servicios y el empleo en la compleja sociedad actual. Así desarrollaron la gestión en la Ciudad de Buenos Aires durante los últimos 8 años, sin embargo, el balance resultó inocuo: no se logró generar mayor empleo ni valor agregado significativo en la economía porteña.
Conceptualmente, emprendedor es quien «emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas» y  emprender refiere a «acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño». Este concepto genérico lleva entonces a la idea del hombre moderno en la que el esfuerzo personal, la libertad del individuo y la igualdad de oportunidades contribuyen al desarrollo de la condición humana.
Ser emprendedor aparece en este contexto como una forma de vida, un modelo cultural, a la vez que configura un nuevo sujeto social. De este modo se promociona al individualismo, la iniciativa y la innovación como factores despegados de la dura realidad socioeconómica, dejando de lado la solución del grave problema del creciente desempleo.
Este nuevo protagonista sería clave para impulsar procesos de cambio social, precepto que ha sido destacado en los últimos años en la comunicación de múltiples sistemas: científico, político y económico. En este tiempo, los grandes organismos de crédito mundial y las usinas del capital financiero han popularizado al emprendedor como protagonista del cambio social de los países en desarrollo. En tal sentido, la Fundación Schwab, dirigida por Klaus Schwab, creador del Foro Económico Mundial, fue quien más ha fogoneado esta estructura de financiación global del emprendedurismo.
Mauricio Macri y su equipo –alumnos ejemplares de esta corriente– buscan instalar formalmente esta iniciativa en nuestro país. La ley 25.300 de Emprendedores que lograron sancionar deja de lado a las organizaciones de la economía social y solidaria, dando cabida únicamente a actividades con fines de lucro. Además, la creación expedita de sociedades por acciones simplificadas promueve la tercerización del trabajo en beneficio de las grandes empresas.
La experiencia y la historia indican que las pymes, las cooperativas y la red de economía social y solidaria –que conforman un formidable entramado social y productivo– contribuyen con más del 50% de participación en el PBI y son, en conjunto, las principales empleadoras del mercado interno, las que no pueden ser reemplazadas por fomentos a proyectos individuales y de microemprendedores.
El ideario neoliberal del actual gobierno incluye la idea de que los salarios reales son muy altos y, por ende, son el motivo que frena el incremento en la productividad. De ahí que persigan el objetivo de establecer la flexibilización laboral.
Estas políticas ya se han aplicado en nuestro país y han dejado en claro que tienen un fuerte efecto destructivo sobre las producciones locales, en especial de las pymes, cooperativas y economías regionales. En este proceso, los salarios de los trabajadores formales pierden su poder adquisitivo y los de los trabajadores informales o no registrados quedan sumergidos por debajo de la línea de pobreza.         
Por lo tanto, este modelo neoliberal que impulsa una cruenta flexibilización laboral y alienta el emprendedurismo no hace más que llevar a la liquidación de miles de pequeñas y medianas empresas, desmoronar el empleo, el salario, el consumo y la producción nacional, y generar el aumento del trabajo marginal, no registrado, y la desocupación.


Trabajo. La baja del salario real es uno de los objetivos del actual modelo económico. (Jorge Aloy)

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