Opinión

Horacio Aizicovich

Dirigente cooperativista

Hoy como ayer

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Comedor comunitario. Las políticas de ajuste generan un fuerte aumento de la pobreza.

Foto: Getty Images

Vivimos una fulminante carrera regresiva, impulsada por el Gobierno de Javier Milei, que ha arrojado más de un millón y medio de personas a la situación de pobreza, y que según proyecta el índice de la UCA (Universidad Católica Argentina), se iría acercando en breve al récord del 60%, un impacto catastrófico si consideramos el volumen de la población que quedaría por debajo del nivel de pobreza, el más alto de las series de medición históricas. A este panorama se suma un factor de gran sensibilidad por su afectación al sector de jubilados y jubiladas y para quienes dependen de la ayuda estatal en medicamentos y tratamientos de enfermedades oncológicas, así como la atención a personas con capacidades diferentes.
La agresiva política antipopular del Gobierno se expresó claramente en el discurso del presidente ante la Asamblea Legislativa, en el que recorrió su repertorio «anticasta» y estigmatizante de los sectores populares ya conocido, pero sin mención alguna al problema de la pérdida del salario real y de las jubilaciones, de la miseria creciente y al mayor desempleo que va generando su política recesiva.
Este último aspecto, el del desempleo que comienza a aflorar, es un fantasma muy temido para nuestra sociedad, lo vivimos en los 90 y todo indica que la espiral inflacionaria y recesiva llevará a índices de desempleo de dos dígitos, presumiblemente con un 2 adelante, paradójicamente con mayor impacto en la franja etaria donde cosechó mayores adhesiones el ahora presidente cuando era candidato.

Consecuencias
Las encuestas internas de la propia UIA (Unión Industrial Argentina) y de la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), efectuadas en base a consultas con empresarios de diversos sectores industriales y del comercio, indican que las expectativas en general son de reducción de planteles, de horas extras y de turnos completos en algunos casos. El caso Acindar de las últimas semanas es un ejemplo claro de hacia donde se dirigen las decisiones empresarias ante el contexto. 
Diversos medios y analistas coinciden en que el Gobierno nacional trata de ganar tiempo con su convocatoria a gobernadores con la «zanahoria» de un alivio fiscal, para cerrar un incierto pacto el 25 de Mayo, mientras trata de asentar la vigencia del DNU 70/2023 – rechazado por el Senado nacional– y agita el envío de un nuevo proyecto de ley «Ómnibus», reducido en comparación con el original que no lograra aprobación parlamentaria, que le habilite la delegación de poderes y las privatizaciones, en la práctica, sus «bases» de legitimación.
No es nada nuevo lo que promueve Milei. Para Mabel Thwaites Rey (socióloga y abogada especializada en administración pública y teoría del Estado), «las políticas aplicadas por Carlos Menem significaron una verdadera estrategia política y económica que reubicó las bases de dominación social de un modo claramente desfavorable a las clases populares, definió nuevas formas de deslegitimar el rol del Estado e implicó un cambio profundo en las fronteras entre el Estado y la sociedad que se habían configurado por más de medio siglo en la Argentina». Una gran similitud con el momento actual y también con el sentido de las «bases» que intenta imponer a toda la sociedad el Gobierno de Milei.
Este mes de marzo que está finalizando, con tradición de movilización política, especialmente signado por la inmensa marea del 8M con decenas de miles de mujeres y hombres, que se expresaron con diversas consignas contra todo el negacionismo y agresión de los liberales libertarios, y por la cita histórica del 24 de marzo, en esta oportunidad, masiva como nunca, constituyen una oportunidad concreta para cimentar la unidad del campo popular, para amplificarlo, diversificarlo e incluso democratizar todo lo posible la participación de nuestro pueblo en sus diversas identidades: trabajadores, pequeños empresarios, cooperativistas, pequeños productores de la ciudad y del campo, comunidad universitaria, entidades gremiales y profesionales, porque debemos enfrentar y derrotar los peores atributos que muestra este Gobierno: la insensibilidad, la recurrencia a la falsedad de datos y la agresión como método político. 
Para ello, resulta imprescindible construir puentes de solidaridad y cooperación en nuestra sociedad, porque como señalaba Horacio González, un pensador comprometido con su pueblo, «sin nosotros, no somos nada».

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