Opinión

Pedro Brieger

Periodista

La paradoja panameña

Tiempo de lectura: ...

Cara conocida. Mulino celebra con sus seguidores tras imponerse con claridad en las elecciones de mayo.

Foto: Anadolu vía Getty Images

La reciente elección de José Raúl Murilo como presidente de Panamá es otro ejemplo de la degradación de la política y los partidos políticos en América Latina. Murilo es un hombre de derecha y un delfín del expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014), condenado a diez años de prisión por corrupción e inhabilitado para cargos públicos. Tres meses antes de las elecciones Martinelli tuvo que dejarle su lugar a Murilo y se asiló en la embajada de Nicaragua para no ir a la cárcel. Juan Carlos Varela, que sucedió a Martinelli entre 2014 y 2019, también fue acusado de corrupción. 
En este contexto, no es extraño que ningún partido lograra la mayoría en la Asamblea Nacional, absolutamente fragmentada. El partido de Murilo-Martinelli consiguió el 35% de los votos, pero apenas 13 escaños sobre 71, mientras que la primera «minoría» está conformada por un conjunto de «independientes» que ni siquiera conforman un bloque homogéneo. Esto quiere decir que Murilo deberá negociar y –probablemente– otorgar «favores» a quienes lo apoyen, aunque la condena a Martinelli puede ser un escollo para su proyecto.
Hay que destacar el segundo lugar conseguido por Ricardo Lombana, presentado como el candidato «antisistema». Es lo que se suele denominar un «outsider», alguien que no tuvo cargos políticos y plantea una renovación total de las estructuras políticas y partidarias al estilo Nayib Bukele o Javier Milei, presidentes de El Salvador y Argentina, respectivamente. Más lejos quedó el presidente Martín Torrijos (2004-2009), hijo del general que fue clave para la recuperación del famoso canal allá lejos en el tiempo.
En momentos de incertidumbre resaltan las paradojas. La población está cansada de los políticos corruptos, pero vota un candidato que ha ocupado cargos en diferentes Gobiernos y que está íntimamente ligado a un expresidente condenado por corrupción.

Estás leyendo:

Opinión | Pedro Brieger

La paradoja panameña

Dejar un comentario

Tenés que estar identificado para dejar un comentario.