Opinión

Pedro Brieger

Periodista

Las luchas de Xiomara

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Doce años después del golpe de Estado que derrocó a Manuel Zelaya, el expresidente de Honduras abrazó a Xiomara Castro, su compañera de vida, después de que le colocaran la banda presidencial y minutos antes de que ella entonara el himno nacional con el clásico gesto de las izquierdas del puño en alto y cerrado. Luego, durante su discurso, ella delineó su programa de gobierno con propuestas radicales y alusiones a un socialismo democrático.
Lo primero que salta a la vista es el camino recorrido por ambos desde que Zelaya asumiera la presidencia en enero de 2006 al frente del Partido Liberal que había derrotado al Partido Nacional en lo que parecía otra clásica alternancia entre ambas agrupaciones políticas. Se pensaba que Zelaya sería otro clásico representante de las grandes familias de terratenientes hondureños, sin una pizca de pensamiento progresista. Sin embargo, los pequeños pasos que dio para impulsar reformas que beneficiaran a los sectores más pobres lo enfrentaron a los más poderosos que lo derrocaron en junio de 2009.
Xiomara Castro jugó un rol fundamental luego del golpe organizando y encabezando la resistencia con la creación de Libertad y Refundación (LIBRE) en 2011 como alternativa a los dos partidos tradicionales. Su evolución personal y política, fruto de años de lucha, le permitió articular una gran variedad de movimientos políticos y sociales ya desde una clara posición de izquierda. Por eso, no fue casual que además de apelar a «refundación» del país en su discurso hablara de «socialismo democrático».
Si Zelaya fue derrocado en 2009 por intentar algunas reformas, cuesta creer que los sectores más poderosos le permitan gobernar a Castro, aunque hoy –ella– cuenta con un gran respaldo popular, el que tal vez le faltó al propio Zelaya.

AFP/DACHARY

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