Opinión

Ricardo López

Presidente de FAESS

Médicos argentinos en emergencia

Los profesionales de la salud no escapan a la situación económica que aqueja a gran parte de la población argentina. Pero con algunas situaciones particulares que merecen la atención. Sus ingresos se han deteriorado seriamente, tanto los honorarios por consulta que pagan las obras sociales y prepagas como los sueldos públicos y privados de aquellos en relación de dependencia.
Una consulta abonada por las obras sociales y prepagas oscila entre 1.000 y 2.500 pesos a valores de marzo de 2023. En promedio, se acerca a 2.000 pesos. Al cambio oficial en dólares (odiosa pero necesaria comparación), a 216 dólares en el valor oficial y a 394 en el paralelo al 31 de marzo, representan 9 dólares al valor oficial y 5 en el otro. Como valor de referencia regional y europeo, la consulta en Uruguay equivale a 25 dólares; en España, a 22; en Brasil, a 22.
La cuota mensual de una medicina privada en la región y en Europa oscila entre los 70 y 100 dólares por persona. En la argentina, los costos de las prepagas se ubican entre 88 y 119 dólares, al valor dólar paralelo.
En consecuencia, surge con claridad que, en el caso de las prepagas, el valor de la consulta es entre 3 y 4 veces inferior al de los médicos de países vecinos y algunos europeos, mientras los valores de las prepagas son similares a las de otras naciones.
Con el agravante de que los médicos perciben sus honorarios entre 60 y 120 días después de la facturación. Mientras tanto, las prepagas cobran las cuotas a sus asociados a mes vencido, con un interés a plazo fijo mensual del 78%. Cabe señalar que los médicos pagan a mes vencido a sus secretarias, las cargas sociales, las expensas y los alquileres de sus consultorios.
Esto ha generado la dificultad para obtener turnos cercanos en el tiempo con los profesionales, el cobro no deseado por los médicos de copagos (como forma de cubrir costos) y el abandono de la profesión por varios colegas. 
La digitalización de historias clínicas, órdenes y recetas representa además una carga adicional no cubierta por la consulta y un costo importante en el equipamiento de tecnología. 
El sueldo promedio nacional de los médicos de la administración pública es de 170.000 pesos, de acuerdo con datos de marzo de 2023. Existen cargos adicionados no remunerativos que pueden elevar este promedio en algunas jurisdicciones, pero redondean los 200.000 pesos en promedio. Una cifra que solo alcanza a cubrir una canasta básica en ese período.
La formación de un médico requiere de 6 años de facultad. Y luego, la residencia que implica otros 3 o 4 años. Ser un profesional de la medicina requiere cerca de 10 años de formación. Los médicos recertifican obligatoriamente sus habilidades cada 5 años. La participación en entidades científicas, congresos y capacitaciones demanda de un importante desembolso de dinero. El seguro de mala praxis, obligatorio, también.
Todo esto lleva a que la profesión no sea rentable y aparece la decepción después de tanto esfuerzo.
Muchas veces en el sector público se prioriza la infraestructura y el equipamiento, pero no el recurso humano, imprescindible en el acto de salud. Igual suerte corre enfermería y el resto del personal de la salud. Y en el sector privado se acuerdan con el Gobierno los valores de las cuotas de los asociados, pero no el valor de los profesionales.
Todo esto está llevando a la desjerarquización de la profesión médica y a una disminución de la calidad prestacional. Las consecuencias de esto demandarán años para revertirlo.
Preciso es recordar el papel que los médicos y el resto del personal de salud jugaron en la fase aguda de la epidemia de Covid-19. La deuda con los profesionales de la salud no ha sido reconocida suficientemente aún. Muchos médicos pagaron con su vida el estar en primera línea en las terapias con los enfermos graves. Junto con el grave deterioro psicofísico que significó cubrir la pandemia.
Subestimar esta situación es un error. Argentina es el único país de la región que tiene tres premios Nobel de Medicina (Houssay, Leloir y Milstein) y una historia de prestigio y excelentes profesionales que han enaltecido al país. Olvidar la historia y ignorar el presente es negar el futuro de tan importante profesión, con sus graves consecuencias. 

Pronóstico reservado. La situación de los profesionales de la salud es crítica tanto en el sector público como privado.

Foto: Télam

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