3 de octubre de 2012
Entre las muchas injusticias que asuelan este mundo nuestro, hay una que suele pasar desapercibida porque generalmente sólo es tenida en cuenta por economistas y los medios de comunicación tocan el tema con no mucha frecuencia. Me estoy refiriendo a las facilidades con que cuenta una elite a nivel mundial para pagar menos impuestos que el resto de la sociedad (incluso menos que los más necesitados) o lisa y llanamente para evadirlos enviando su dinero a paraísos fiscales que muchas veces suelen estar no sólo en exóticas islas caribeñas, sino en plenos países desarrollados; tal el caso de Estados Unidos, como acabo de enterarme.
La táctica preferida de los ricos estadounidenses se centra en lo que se llama «exclusión de bonos municipales», que se emiten para financiar proyectos públicos del gobierno federal o de los estados y no tienen ningún gravamen. Estos bonos son comprados principalmente por inversionistas muy adinerados que prácticamente terminan pagando nada por sus exorbitantes ganancias.
De más está decir que no están al alcance del bolsillo de la clase media y mucho menos de la baja. Los acaudalados estadounidenses también suelen evadir haciendo aportes a fundaciones de dudosa utilidad social, como la ultraderechista Asociación Nacional del Rifle.
Aunque esa información estaba referida sólo a Estados Unidos, es inevitable hacerla extensiva a los ricachones de todas partes del mundo, incluida la Argentina. Cualquiera sabe que los impuestos son imprescindibles para hacer funcionar normalmente a una sociedad, evadirlos no es una «viveza», tarde o temprano la evasión fiscal terminará perjudicando también a quienes se creen por encima del resto de los ciudadanos.
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