22 de abril de 2021
La decisión del presidente de Chile de postergar las elecciones regionales y la Convención Constituyente ha despertado críticas de los sectores opositores que perciben una intencionalidad política aprovechando la pandemia. Si bien es cierto que no es la primera vez que se posterga un proceso electoral desde el comienzo de la pandemia, el caso chileno remite a una cuestión crucial: ¿es posible realizar elecciones durante la pandemia? La respuesta no es lineal. En varios países de la región elegían presidente mientras los contagios crecían: Bolivia en 2020, Ecuador y Perú en abril de 2021. En todos los casos los Gobiernos trataron de impedir las manifestaciones masivas, por lo general sin éxito. También se realizaron elecciones municipales y departamentales en otros países, especialmente en el Caribe. Donde hubo postergaciones los Gobiernos las justificaron por una cuestión sanitaria, y las oposiciones pusieron el grito en el cielo. Pero cada caso es diferente. Perú realizó la primera vuelta presidencial con un Gobierno de transición y duras restricciones al movimiento que impidieron una campaña electoral normal sin que esto beneficiara directamente a una u otra candidatura. Diferente es el caso de Ecuador, porque cualquier medida restrictiva que tomaba el Gobierno de Lenín Moreno había que leerla en clave de impedir el triunfo de Andrés Arauz, y el retorno del correísmo al poder. También es cierto que en Ecuador el candidato Xavier Hervás, un desconocido para muchos, realizó una gran campaña por redes sociales sin apelar a los grandes medios ni a actos masivos. Fue una buena manera de «eludir» la pandemia sin victimizarse y obtuvo un honroso cuarto lugar con un 15% de los votos. Todo es político. La pandemia no hace más que agudizar las contradicciones.