Economía | PRIMEROS LINEAMIENTOS

Ajuste en modo shock

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Daniel Víctor Sosa

El nuevo Gobierno postergó los anuncios económicos, pero ratificó el rumbo hacia un drástico recorte en las cuentas públicas con severas consecuencias sociales y una inmediata estanflación.

Adorni. El vocero presidencial evitó mencionar medidas concretas en su primera conferencia de prensa.

Foto: Télam

A partir de la descripción de un escenario económico rayano en la catástrofe inminente, con cifras en muchos casos infladas y proyecciones no menos exageradas, el presidente Javier Milei dio orden de largada a un inédito «shock» para ajustar las cuentas públicas. Es la única opción para salir adelante, dijo, luego de recibir del Gobierno anterior «la peor herencia», a punto tal que hoy «no hay plata», sintetizó. 
Su ministro de Economía, Luis Caputo, postergó hasta mañana los anuncios del paquete de medidas que, en principio, estaba previsto para hoy, si bien ya se decidió por decreto la reducción del número de ministerios, al igual que los pasos preliminares de futuras privatizaciones.
La presunta solución a los problemas de la Argentina, «al final del camino», afirmó el flamante jefe de Estado, llegará luego de un doloroso calvario. Según anticipó, en los próximos días y meses habrá que atravesar un violento salto inflacionario, acompañado por un retroceso de la actividad productiva, lo que traerá más pobreza e indigencia.
La «verdad incómoda» que Milei dijo propalar es que el país sufre «una inflación plantada en 15.000%», a razón de 52% mensual, aunque prometió que se ubicará entre 20% y 40% durante diciembre, enero y febrero. El desequilibrio fiscal, agregó, asciende a nada menos que el 17% del PBI, lo que amerita un pronto recorte de 5 puntos en el gasto estatal.
Objetivo primordial es poner fin a la emisión de dinero, «única causa de la inflación empíricamente cierta y válida en términos teóricos», sentenció. Con esa sola frase cerró el debate sobre el fenómeno y descartó las evidencias sobre su multicausalidad (y la tradicional puja distributiva entre los distintos agentes, particularmente los que concentran la mayor oferta en cada mercado). 
La herramienta principal para un gigantesco reacomodamiento y cambios en las reglas de juego será el ajuste, «que no pagará el sector privado, sino el Estado», enfatizó Milei. Obvió detallar el tamaño de la transferencia de recursos que mermará el poder adquisitivo de millones de trabajadores y jubilados, y recogerán de inmediato los mayores grupos fabriles y de servicios, actores principales de la formación de precios.
El encargado de despejar algunas incógnitas fue el vocero presidencial, Manuel Adorni, en la primera de sus conferencias de prensa diarias. Avizoró «el inicio de una Argentina del mérito, sin pobreza, indigencia ni salarios bajos, con apertura al mundo, respeto por la ley y la propiedad privada». El vocero insistió en el «tiempo de cambio», en el cual se terminó «gastar más de lo que se tiene», ya que «se va a respetar a rajatabla el equilibrio fiscal».
Dos temas delicados fueron también abordados por el funcionario. En primer lugar, admitió la inmediata aceleración inflacionaria. «Que haya cambios en los precios no es una novedad», dijo. Luego se refirió de modo oblicuo a los próximos despidos masivos en distintas áreas del Estado. «Al empleado público hay que ponerlo en valor», sostuvo. Una forma de decir que no está justificada la estabilidad de muchos de esos agentes, de acuerdo con la nueva gestión. «Tenemos una Argentina desordenada –aseguró Adorni– en la que por momentos nos ha ganado la decadencia y este es el camino para salir».

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