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Carrera contra la inflación

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El elevado índice de inflación de enero, del 4%, encendió las luces de alarma del equipo económico. Más aún, cuando la canasta básica alimentaria tuvo un incremento aún mayor: 4,6%. A su vez, la canasta básica total aumentó 4,2%. Como resultante de esto, una familia tipo necesitó 56.459 pesos para no caer por debajo de la línea de la pobreza. La estrategia oficial antiinflacionaria tiene tres ejes: un esquema consistente de política macroeconómica (fiscal, monetaria, cambiaria); herramientas específicas (como programas Precios Máximos, Precios Cuidados, fidecomiso privado para el aceite, cortes de carnes a precios reducidos) combinadas con mayores controles. En ese marco, la Secretaría de Comercio Interior imputó a once empresas fabricantes de alimentos y productos de la canasta básica por faltantes en los supermercados; y, por último, alinear las expectativas inflacionarias de los actores económicos mediante una coordinación de aumentos de precios y salarios. Por el lado de los precios, el Gobierno avanza en el análisis de las estructuras de costos de tres rubros que registraron aumentos importantes en los últimos meses: alimentos, construcción y electrodomésticos. Por el lado de los salarios, el reciente cierre de las paritarias bancarias (29% anual más cláusula de revisión) puede convertirse en un caso testigo para encarrilar la puja distributiva. La aprobación del proyecto de ley oficial de exención del Impuesto a las Ganancias facilitaría los cierres paritarios en torno al porcentaje acordado por los bancarios.
Lo cierto es que en 2020 la mayoría de los trabajadores volvió a perder la carrera contra la inflación. El retroceso más pronunciado se produjo en el universo de los trabajadores públicos. En cambio, la pérdida de los empleados privados registrados fue bastante más reducida. Más allá de que fue un año muy especial por la pandemia, ese retroceso salarial se suma a la fuerte pérdida de poder adquisitivo registrada entre 2015-2019. El salario real de los trabajadores registrados privados, en noviembre de 2019, fue 15,1% inferior en relación a idéntico mes de 2015, según los datos de Cifra. Por su parte, los salarios del sector público registraron una merma del 23,2%.
La caída del consumo da cuenta de esa pérdida de ingresos. La consultora privada Scentia realiza todos los meses un relevamiento de consumo masivo en supermercados y autoservicios de todo el país. Según sus datos, el último año con crecimiento interanual fue 2015 (2,5%). A partir de esa fecha, se acumuló un quinquenio de caídas: 2016 (-4,5 %), 2017 (-3,1 %), 2018 (-1,5 %), 2019 (-7,3 %) y 2020 (-0,1 %).

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