6 de marzo de 2013
La reestructuración de los compromisos financieros del Estado de manera sustentable permite avizorar un futuro con desembolsos anuales que irán en baja desde este año hasta la próxima década.
Tras el pago de los últimos Boden 2012 el año pasado, el perfil de vencimientos de deuda en dólares se alivia para el Estado nacional por 3 años, momento en que deberán afrontarse los compromisos de la serie 2015 del Boden en dólares. El uso de reservas para el pago de compromisos formó parte de un debate que se actualizó todos los años, desde 2009, pero que demostró ser útil para reducir el ratio de deuda sobre el Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, buena parte de ese menor endeudamiento provino de cancelaciones con nueva deuda –roll over– intra sector público en pesos. Si no se abusa de ella, esta herramienta, permitirá reducir la exposición financiera internacional.
Por ejemplo, varios analistas sugirieron que este año se sobrestimó el perfil de vencimientos de deuda mediante el Fondo de Desendeudamiento del Banco Central de la República Argentina (BCRA). El Presupuesto contempló para 2013 por primera vez un cupón atado al PIB, en un año que venía en caída –2012– y lejos de alcanzar el piso mínimo necesario de 3,26% de crecimiento de actividad. Las cifras oficiales dieron un crecimiento del 1,9%, por lo cual se dispondrá de cerca de 3.000 millones de dólares para gastos corrientes. Según explicaron fuentes del Central, estos fondos excedentes servirán para financiar importaciones de combustibles, equipos de perforación petrolera y demás gastos de infraestructura que requieran divisas para su adquisición.
El manejo de la deuda por parte del kirchnerismo se destaca por el cambio de composición de sus pasivos, que de estar mayoritariamente en manos de tenedores privados y externos, pasó a manos de tenedores públicos y locales. El último informe de la Oficina de Crédito Público asegura que la deuda pública nacional bruta –excluyendo los títulos que no entraron en los respectivos canjes– alcanzó los 182.741 millones de dólares, equivalente a aproximadamente al 41,5% del PIB.
Hasta mediados de 2012, la caída de la deuda en términos del Producto se redujo en 0,3 puntos porcentuales respecto de 2011. La deuda pública nacional bruta, tanto interna como externa, se redujo 125 puntos porcentuales y la deuda pública externa lo hizo 81 puntos porcentuales, ambos en términos de Producto.
La reducción estuvo fundamentalmente guiada por la dinámica con el sector privado, el cual registró una caída de 523 millones de dólares en su stock de deuda. De tal manera, este stock pasó a representar el 13% del PIB, con una caída de 0,5 puntos. «Así, la continuidad del proceso de desendeudamiento iniciado en 2003 se reflejó principalmente en una nueva reducción de la exposición de la deuda pública del país con el sector privado», explican desde el Ministerio de Economía. «La deuda pública en manos del sector privado en moneda extranjera representa –al 30 de junio último– un 9,4% del PIB y en esa fecha se disponía de reservas internacionales por 10,5% del Producto», agrega el informe.
Por último, del total de la deuda pública, el 54,9% tuvo como acreedores a organismos del sector público nacional, el 13,8% a organismos bilaterales y multilaterales de crédito, mientras que el restante 31,3% responde a financiaciones –de títulos públicos– en cartera del sector privado. Si se analiza por instrumento, el 69% de la deuda está compuesto por títulos emitidos a mediano y largo plazo. La deuda directa con organismos multilaterales de crédito representa el 10%. De esta última, el 10% son garantías otorgadas a provincias, mientras que el 90% restante representa deuda directa del sector público nacional, principalmente con bancos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Cooperación Andina de Fomento (CAF).
La vida promedio de la deuda vigente es de 10,2 años. El 20% del total de deuda pública vence en el período 2012-2013, que se reduce al 11% si se excluye la deuda de corto plazo en poder de organismos del sector público nacional. «Muestra un bajo riesgo de refinanciamiento en el corto plazo. El 33% de la deuda vence en el período 2014-2019 y el 47% restante vence con posterioridad a 2020», señala el relevamiento de la cartera de Finanzas. Por último, la deuda tiene asociados vencimientos de capital promedio hasta 2022 de 6.243 millones de dólares por año. Durante este período, los vencimientos anuales de capital con el sector privado alcanzarían en promedio 2.435 millones de dólares, representando el 39% del total de la próxima década.
Otro cambio significativo que se exhibe en materia de deuda respecto a procesos económicos anteriores, se refleja en la moneda en la que se encuentra denominada. El 20% está en pesos ajustados por CER, con tasas de interés fijas. Su tenencia está concentrada en agencias del sector público, ya que poseen aproximadamente el 69% del total de deuda ajustada. El 19% de la deuda está denominado en pesos sin ajustar, la mitad colocados a tasas variables –como la interbancaria Badlar– y el resto en su mayoría no paga tasa, como los adelantos transitorios del Banco Central. La deuda en moneda extranjera es el 61% del total, estando mayoritariamente en dólares y pagando tasas fijas (como los títulos Par y Discount emitidos en los canjes de deuda), y deudas con tasas variables basadas en Libor o en costos de fondeo con organismos multilaterales.
En cuotas
Los vencimientos de intereses anuales hasta 2022 alcanzarían los 3.390 millones de dólares. Los servicios con el sector privado en el mismo período, alcanzarían en promedio 1.900 millones de dólares, lo que representa un 48% del total. «Los intereses forman parte del gasto corriente porque se pagan, a diferencia de los vencimientos de capital, que no figuran como gasto sino como amortización y nuevo endeudamiento –en el cuadro de resultado financiero– debido a que se refinancian en su totalidad», señala Hernán Guiliano, especialista en el tema de deuda externa y finanzas públicas del Consejo Regional Estratégico Argentino. La excepción fueron los vencimientos de deuda en moneda extranjera, como el Boden 2012, que fueron abonados en su totalidad.
Bajo este escenario, el pago de la deuda en dólares para 2013 ascenderá a 4.600 millones –ya sin contar el Cupón PIB– y del monto total, el 45% está explicado por la cancelación del Bonar VII. El total de divisas necesarias para pagar deuda este año es casi un tercio inferior al requerido en 2012. En 2014 se necesitarán 2.400 millones de dólares, de acuerdo con el cuadro de proyecciones de Economía. En 2015 volverán los compromisos fuertes en dólares, con 8.200 millones de esta divisa, que en su mayoría se destinarán a la cancelación del Boden 2015. Para la cancelación de todas estas obligaciones está prevista la utilización de reservas internacionales del Banco Central.
Si se toma en cuenta de manera global los títulos públicos en moneda local como extranjera, en 2017 se inicia un fuerte proceso de caída en el nivel de vencimiento. Los vencimientos del Estado con privados pasarán de casi el 50% del total en 2017, a estabilizarse en 9-10% en 2019-2022. Los compromisos en moneda extranjera con privados y organismos multilaterales de crédito está previsto que sean pagados mediante el Fondea del BCRA. Por su parte, las previsiones para la acumulación de reservas parecen alentadoras para este año. «Es un excelente ejemplo de reestructuración de deuda de manera sustentable, con rebaja de pasivos y la adopción de una estrategia sana de manejo de compromisos en el tiempo», señala el secretario de Finanzas, Adrián Cosentino.
Por el lado de los fondos, mientras las entidades rurales vuelven a reclamar mayor rentabilidad para su negocio, la estimación para este año plantea una producción agropecuaria que batirá un nuevo récord, principalmente de la mano de la soja. Este máximo histórico de cosecha tendrá lugar bajo un escenario de precios sostenidos, lo que le asegura recursos al BCRA. «Desde 2003 se pagaron 32.000 millones de dólares, y de todos modos el Banco Central mantuvo la capacidad de maniobra para hacer política monetaria de manera eficiente», explicó la titular del BCRA, Mercedes Marcó del Pont.
Las presiones especulativas sobre el dólar no encuentran entonces su razón en la sustentabilidad de la deuda, sino que responde a intereses especulativos y a una sobrereacción de los agentes económicos ante los distintos controles que se aplicaron a la compra de moneda extranjera. Si bien el país debe cancelar este año unos 16.000 millones de dólares en vencimientos de capital e intereses, sólo requieren cumplimiento efectivo los cerca de 4.550 millones en manos de tenedores privados y los 2.000 millones con organismos multilaterales, en su mayoría deuda refinanciable. En paralelo, se prevé para este año un crecimiento de 4% en el PIB argentino.
—Cristian Carrillo