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Daniel Víctor Sosa

La tecnología móvil de quinta generación alienta expectativas en el país, que ya tiene su hoja de ruta para implementarla con fuerte impacto en la economía.

Futuro. La nueva tecnología será un motor de cambio en el sector productivo, más allá del impacto en las comunicaciones de los individuos.

(FREY/AFP/DACHARY)

El Gobierno nacional cree que la modernización que traerá aparejada, a mediano plazo, la introducción del 5G, apuntalará la recuperación económica en los próximos años, a medida que se vaya reconstruyendo la trama productiva. En distintos documentos y presentaciones, la Secretaría de Innovación Pública de la Jefatura de Gabinete de Ministros anticipa el efecto favorable que se derivará de la mejora continua en el volumen de procesamiento y transporte de datos. Particularmente en aplicaciones de tipo industrial, que requieren bajo tiempo de respuesta y alta disponibilidad.
Se espera también que el 5G incida en la posibilidad de posicionarse en nuevas cadenas globales de valor en el sector de Servicios (muchos de ellos exportables). Mientras, los nuevos puestos de trabajo que se generen podrían contribuir a cerrar la brecha de género existente en el campo laboral. Tanto en el campo privado como en el público se descuenta que la respuesta a los problemas de conectividad hará a la economía más competitiva, con innovaciones como la realidad virtual y aumentada, en los terrenos de la educación, la telemedicina, el trabajo, el transporte e industrias como la hidrocarburífera, entre otras áreas. Quedan aún por definir, sin embargo, reglas de juego que eviten un dominio excesivo de los megagrupos que actúan en las telecomunicaciones, y habiliten espacios claros de participación que puedan aprovechar las pymes nacionales.
El 5G es visualizado como un motor de cambio en el sector productivo, más allá del impacto en las comunicaciones de los usuarios individuales, dada su mayor capacidad para transmitir datos y la posibilidad de conectar un mayor número de dispositivos. Ese nuevo entorno se caracterizará además por una mayor velocidad de transferencia, conexiones simultáneas ultradensas y latencias (retardos temporales dentro de una red) del orden del milisegundo, que generarán nuevas oportunidades de acceso inalámbrico para todo tipo de empresas. Allí se juegan las chances de la internet de las cosas y los robots con inteligencia artificial, entre otras múltiples posibilidades.
Un reciente análisis comparativo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) evaluó que tanto Brasil como México se encuentran próximos a comenzar a licitar espectro para instalar la red y ya cuentan con algunas experiencias piloto. En Argentina aún no se vislumbra su instalación, pero se afirma que el país «tiene fortalezas» para cuando llegue ese momento.
El Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), por lo pronto, comenzó en marzo pasado una jornada de pruebas, testeos y demostraciones de la tecnología de quinta generación para conexiones de banda ancha móvil. Pudieron comprobarse allí velocidades diez veces más rápidas que con el 4G. De modo simultáneo, el organismo elaboró un Plan de Gestión Integral del Espectro Radioeléctrico (un recurso natural de carácter limitado, que constituye un bien de dominio público), con el fin de maximizar e incrementar los recursos para la prestación de Servicios de Comunicaciones Móviles (SCM) y de próxima generación.
Dicho plan considera, en resumen, los siguientes aspectos: el análisis de la ocupación actual del Espectro Radioeléctrico de los SCM; la determinación de nuevas posibles Bandas de Frecuencia; el análisis de las bandas identificadas y determinación de las candidatas a prestar los nuevos servicios; los aspectos normativos y el ciclo de ejecución.
La planificación del espectro contempla el estudio sobre el estado de ocupación de las bandas que hoy se utilizan para otros servicios y en las que sería más propicio el despliegue de 5G. También se tienen en cuenta cuáles son las porciones de frecuencias armonizadas a nivel mundial y regional para destinarlas al uso de la tecnología. Luego se analiza cuál es el método más eficiente para despejar las bandas candidatas para su utilización y, finalmente, la metodología de asignación. El paso siguiente consistirá en el llamado a licitación, concurso o subasta del espectro para la participación de los interesados, ya que la prestación del servicio de 5G será provista a la población por medio de operadores privados.
El ENACOM ya informó que los relevamientos preliminares se encuentran en su «etapa final», mientras se espera identificar antes de fin de año las primeras porciones libres del espectro. Posteriormente se definirá el cronograma para iniciar el proceso de migración de servicios, que demandaría un plazo de dos años, según la reglamentación actual.

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El subsecretario de TIC, Martín Olmos, consideró a su vez que «la digitalización es una estrategia central para que nuestra industria dé un salto de productividad, y en términos de desarrollo y de calidad de vida de nuestra gente», además de resaltar el rol de la inversión pública. En este sentido, el Gobierno prevé que los recursos a destinar se determinen de acuerdo con las obligaciones que se impondrán a los prestadores que resulten asignatarios. Lo que está en vías de definición es el costo que se fijará para acceder al recurso de espectro y los compromisos que exigirá el Estado para desplegar el sistema de 5G. El objetivo de las autoridades es proveer servicios de quinta generación tanto en las principales urbes del país, como en aquellas localidades que se encuentran en expansión.
Si bien el 5G es una tecnología móvil, el despliegue de fibra óptica y de miles de antenas con diferentes rangos de cobertura, según el espectro asignado, serán clave para su óptimo funcionamiento. Las normas para facilitar el despliegue de infraestructura, como el Reglamento de Compartición de Infraestructura Pasiva, apuntarán a permitir a los operadores una mayor expansión de sus redes. Por otro lado, existe un vasto universo de empresas que son proveedoras del equipamiento de redes para los operadores que ofrecerán 5G y los tres principales proveedores mundiales (Ericsson, Huawei y Nokia) mostraron interés en que la tecnología se despliegue en Argentina. En la exposición de demostraciones de aplicaciones y servicios 5G realizada en marzo participaron las tres compañías (Huawei en conjunto con Telecom Personal). También otros proveedores de tecnología expresaron su interés: Claro, Movistar, Qualcomm, Intel, Cisco, ZTE, Facebook y organizaciones como la GSMA Latin America (que representa los intereses de los operadores móviles), 5G Americas y Dynamic Spectrum Alliance, entre otros.
En la Argentina, las decisiones de corto plazo darán las claves para avizorar cómo será ese horizonte de crecimiento, con una estructura socioproductiva más equilibrada como la que imaginan los más optimistas.

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