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Jaqueada por la inflación, la caída del consumo y la apertura comercial, la actividad, con un siglo y medio de vida en el país y desarrollada en la mayoría de los casos por pymes familiares, muestra índices a la baja que ponen en riesgo su supervivencia.

Empleo. El sector ocupa a 3.700 personas en forma directa y 225.000 de manera indirecta. (Facundo Nívolo)

El sector de la producción de instrumentos musicales es un área sensible, que requiere de una atención especial para evitar que el know how adquirido durante décadas de desarrollo sea neutralizado por el ingreso irrestricto de productos importados. Se trata de una actividad competitiva en cuanto a su calidad, pero que aún requiere ser apuntalada.
La producción se destina en su mayor parte al mercado interno, aunque hasta 2015 las exportaciones fueron ganando participación en la facturación de las pequeñas y medianas empresas del rubro. Sin embargo, en el último año las ventas se desplomaron: medida en pesos, la actividad registra una baja de entre 5% y 10%; pero si el cálculo se realiza en dólares, el derrumbe llega a entre el 50% y 60%. El sector ocupa a 3.700 personas en forma directa y genera 225.000 puestos indirectos.
«El mercado local está afectado principalmente por cuatro aspectos: la situación inflacionaria, las altas tasas de crédito, la gran caída en el consumo y el incremento de las importaciones de productos de bajo costo», explica Lorena Medina, de Magma String y presidenta de la Cámara Argentina de Fabricantes de Instrumentos Musicales de la República Argentina (CAFIM), fundada en 2012. Y las posibilidades de exportar son prácticamente nulas, con un tipo de cambio en constante movimiento y un futuro económico incierto.

Sube y baja
En esta actividad no se habla de capacidad instalada. Son trabajos en su mayoría artesanales, los cuales habían cobrado fuerza hasta mediados de 2015, pero que nunca dejaron de ser –en la mayoría de los casos– un negocio familiar. El último año de crecimiento se registró en 2014, con un aumento de 10% de la actividad y una facturación de 300 millones de dólares; de ese total, 20 millones provenían de la exportación de instrumentos nacionales, principalmente de los rubros guitarras y baterías, según datos de CAFIM. Sin embargo, la participación era baja respecto de los 15.500 millones por año que mueve el sector en el mercado mundial. «Históricamente, el amperímetro que marcó la suba y baja de las empresas locales fue la apertura y cierre de las importaciones de instrumentos musicales provenientes, mayoritariamente, de China», detalla el vicepresidente segundo de CAFIM, Hugo Leonardo Martellotta, de Baterías Legend. Luego de cuatro años de la apertura importadora irrestricta implementada por el Gobierno de Cambiemos, el sector de instrumentos musicales, con 150 años de historia en el país, factura en la actualidad 18,1 millones de dólares anuales contando ventas en el mercado local y exportaciones.
Para estimular la actividad, el sector ideó muestras y exposiciones, donde exhibe la oferta argentina e intenta competir con la gran industria. La Muestra Música, que se realiza cada año en el mes de septiembre, comenzó como una idea de un grupo de músicos de la ciudad de La Plata que fue creciendo con el tiempo hasta convertirse en un evento ineludible. «Esperamos que se apoye a la producción nacional para seguir creciendo. Como este oficio es cultural y heredado, sería una lástima perderlo», señala Juan Ignacio Burgos, fundador de Muestra Música. La última edición de la exposición de instrumentos artesanales de fabricación nacional incluyó a 180 expositores de diferentes rubros: luthiers y fabricantes de instrumentos de cuerda (guitarras, bajos e instrumentos clásicos), baterías, percusión y platillos, vientos, teclados y sintetizadores, amplificadores, pedales y efectos, micrófonos, home studio e iluminación, entre otros.

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