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A flote

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La empresa pública bonaerense, la mayor del sector en el país y una de las más grandes de Latinoamérica, prevé ampliar y diversificar su actividad para reactivar la industria naval. Proyectos en equipos de energía eólica y viviendas sociales.

Expectativas. Incremento de la producción naviera e incursiones en otros rubros, los factores de recuperación de la empresa fundada en 1953. (Flor Guzzetti)

El Astillero Río Santiago (ARS), cada día más lejos de los intentos de ajuste y privatización que padeció en la gestión provincial anterior, se encuentra en la actualidad trabajando en la provisión de nuevas embarcaciones y bienes para las Fuerzas Armadas. Opera además con distintos ministerios bonaerenses, por un lado, para asistir en la emergencia sanitaria y poner en valor el patrimonio público, y por otro, en incursiones en novedosos programas de mejoramiento de la infraestructura habitacional. El incremento del ritmo productivo previsto para el corto plazo en la planta de Ensenada abrió nuevas perspectivas laborales, con la puesta en práctica de protocolos en el marco de la emergencia sanitaria y jornadas de capacitación en noviembre y diciembre para unos 300 supervisores, jefes y coordinadores.
El emblemático astillero, creado en junio de 1953 y principal proveedor en los años 70 del siglo pasado de la Armada, YPF y la Empresa de Líneas Marítimas Argentinas (ELMA), está hoy incluido en los planes reactivadores del Ministerio de Desarrollo Productivo nacional. Su titular, Matías Kulfas, anunció inversiones por 40 millones de dólares para el conjunto de la industria naval, durante un encuentro en el que participó el presidente de ARS, Ariel Basteiro. El extitular de la Asociación del Personal Aeronáutico, exdiputado socialista y exembajador en Bolivia, destacó en ese mismo evento el diseño de acciones para impulsar el desarrollo del sector en los próximos 10 años. «Argentina tiene un gran litoral marítimo y fluvial, con lo cual la industria naval es fundamental para el desarrollo productivo del país», fundamentó Basteiro. Por lo pronto, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, reiteró a fines de agosto desde las instalaciones de ARS que el astillero finalizará la construcción, iniciada en 2015 y detenida en 2019 por falta de financiación, de dos lanchas de instrucción para cadetes (LICA). Para esto se destinará una inversión de 100 millones de pesos en 18 meses y que generará 500 puestos laborales. Las lanchas LICA, de 36 metros de eslora, serán las primeras naves construidas en la planta para la Armada en casi 40 años. El ministro bonaerense de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, Augusto Costa, destacó que el astillero «tiene un gran potencial de generación de trabajo, y por eso debe ser parte de la reconstrucción productiva de la provincia». El ARS construyó en más de seis decenios un total de 68 naves (desde las fragatas Azopardo, Piedrabuena y Libertad hasta buques graneleros –cargas secas a granel–) y llegó a contar en su momento de máxima actividad con 5.500 trabajadores directos y alrededor de 3.000 contratados por empresas subcontratistas.

Futuro
Sobre las promisoras perspectivas del astillero, el secretario general de ATE Ensenada, y adjunto de la CTA La Plata-Ensenada, Francisco «Pancho» Banegas, planteó la necesidad de «recuperar nuestra flota fluvial y marítima, la Hidrovía, la industria nacional y que dejemos de comprar buques afuera para así generar trabajo argentino». En esa dirección Basteiro acompañó también el acto de comienzos de octubre en el que el Gobierno nacional promulgó la Ley de Fondo Nacional para la Defensa (FONDEF), que aportará recursos para el reequipamiento de las Fuerzas Armadas. El titular del astillero alienta planes de innovación tecnológica y prevé, a mediano plazo, avanzar en la terminación de primer buque de doble casco y gran porte construido en el país, el Eva Perón, al que le seguirá el Juana Azurduy, para la petrolera venezolana PDVSA. Además de las reparaciones y construcciones navales, la planta de Ensenada sumó experiencia desde 2015 en el sector de energía eólica, y en algún momento se llegó a planear la fabricación total o parcial de torres de aerogeneradores. De momento, el ARS acaba de firmar un convenio con la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), a través de la Facultad de Ingeniería, que da marco al diseño y prototipeado de una megaimpresora 3D para la construcción de viviendas sociales. La intención, explicaron desde la UNLP, es desarrollar un dispositivo a base de mortero (una mezcla de características cementicias que incluye componentes adicionales para garantizar un fraguado ultrarápido y resistente) y armar las paredes sin necesidad de encofrado, para abaratar el costo de construcción. «Tenemos claro que somos un astillero naval y nuestra prioridad es la fabricación de grandes buques. Pero este tiempo nos obliga a poner toda nuestra capacidad productiva y colaborar en el desarrollo de las condiciones de las villas y asentamientos, y promover fuertemente la integración social de las y los habitantes de Buenos Aires», resumió Basteiro al firmar otro convenio con el Organismo Provincial de Integración Social y Urbana (OPISU).

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