Economía | EXPLOTACIÓN DE LITIO

Guiño a capitales extranjeros

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Daniel Víctor Sosa

El nuevo Gobierno alentó reglas más favorables para atraer inversiones estadounidenses orientadas a la producción del estratégico mineral.

Recurso natural nacional. Argentina se posiciona como cuarto exportador mundial, principalmente hacia China, Japón y Corea del Sur. Hacia 2030 los envíos superarán los 8.700 millones de dólares.

Foto: Télam

Uno de los ejes de la política implementada desde el 10 de diciembre pone en duda la posibilidad de aprovechar los reservorios de recursos naturales para un desarrollo que beneficie al conjunto de la sociedad y no solo a un puñado de empresas. Es el caso de la explotación de riquezas minerales, y especialmente uno estratégico de alta demanda global: el litio. El proyecto oficial en la materia genera múltiples suspicacias, en particular luego de que el presidente Javier Milei revelara que el magnate sudafricano Elon Musk «está sumamente interesado en el litio», al igual que «el Gobierno de Estados Unidos y muchas empresas» de ese país. Las reacciones fueron inmediatas frente a una definición que pareciera relegar otras opciones con mayor participación local para privilegiar en cambio a las compañías de Estados Unidos, con el CEO de la automotriz Tesla a la cabeza.
Lo cierto es que ya comienza a perfilarse un nuevo ciclo en torno de la histórica avidez de grupos empresarios por las riquezas nacionales (el capítulo más evidente es el de los hidrocarburos). En el caso del litio, el interés surge a partir de su creciente rol en la transición hacia las energías renovables y la electromovilidad. El mineral también se utiliza en otros sectores como dispositivos electrónicos, sistemas de almacenamiento de energía y aplicaciones industriales.
Esta situación determinó en los últimos años el avance, en distinto grado, de un total de 50 emprendimientos, de los cuales tres ya están en producción: Olaroz y Cauchari-Olaroz en la provincia de Jujuy y Fénix en Catamarca. Le siguen cinco proyectos que se encuentran en etapa de construcción. Se registran además fuertes aumentos de las inversiones en exploración por parte de las compañías ya instaladas, principalmente las de capitales australianos, canadienses, ingleses, chinos, franceses y japoneses.
De este modo, Argentina se posiciona ya como cuarto exportador mundial, principalmente hacia China, Japón y Corea del Sur, mientras se proyecta que hacia 2030 los envíos superarán los 8.700 millones de dólares.
El negocio en el sector se reactivó fuertemente en 2022, a medida que iba cediendo la pandemia de Covid-19, cuando el precio de la tonelada de carbonato llegó al récord de 70.000 dólares. En 2023 el metal sufrió una importante baja, pero aun así promedia los 40.200 dólares la tonelada. En este contexto, el proyecto de Milei para el litio es bien diferente del que venía impulsando la gestión anterior, que avizoraba la oportunidad de capitalizar el potencial del recurso y transformarlo en un beneficio económico y social equitativo, dado el aporte al crecimiento, el empleo, la recaudación de impuestos y los eslabonamientos productivos.

Desafíos
El curso de esas variables, sostienen los analistas, dependerá de cómo se tramiten los mayores desafíos que se presentan al sector. Es decir, si se opta por mantener la extracción y exportación de la materia prima, o si progresan las iniciativas orientadas a procesos vinculados a la producción de celdas de baterías de iones de litio o sus componentes.
Una apuesta importante en este terreno (hoy con perspectiva incierta) fue la creación, meses atrás, de YPF Litio, empresa estatal orientada a reforzar la soberanía energética del país mediante la industrialización nacional del recurso, en estrecha colaboración con las provincias productoras. De todos modos, las actividades con mayor valor agregado están supeditadas, según un análisis de la Secretaría de Minería difundido en noviembre pasado, a factores como «la necesidad de contar con financiamiento elevado, las dificultades para acceder a otras materias críticas y los complejos requerimientos en términos de competencias tecnológicas». Estas elevadas barreras de ingreso a etapas de mayor valor agregado no parecen ser la preocupación de Milei. Al contrario, confiado en lo que decidan los mercados, afirmó que las mineras estadounidenses con planes de explotación del litio argentino «necesitan un marco jurídico que respete la libertad y los derechos de propiedad. Es así cuando las economías florecen», sentenció el ultraliberal.

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