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Informalidad al palo

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Mirta Quiles

4 de cada 10 trabajadores no acceden a derechos laborales básicos, como aportes jubilatorios, cobertura de salud y licencias. Jóvenes, cuentapropistas y menos empleo formal como hitos.  

Construcción. Junto con el servicio doméstico y el comercio, explican los mayores porcentajes de informalidad, por encima del 70%.

Foto: Federico Imas

La informalidad laboral alcanzó al 42% de la población ocupada en los 31 principales aglomerados urbanos del país, en el cuarto trimestre de 2024, de acuerdo al último informe del Indec, elaborado en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). A nivel nacional, si se extrapola a la población total del país, 9 millones de personas –4 de cada 10– trabajan sin acceso a derechos básicos como aportes jubilatorios, cobertura de salud o licencias laborales. En el mismo trimestre de 2023, el porcentaje ascendía al 41,4%. Este de abril, es el primer informe de difusión anual que presenta indicadores de informalidad laboral, con datos desde el cuarto trimestre de 2023 publicado por el Indec

En el desagregado de los datos relevados por el Instituto de Estadística, el 43,4% afecta a mujeres, contra el 40,9 de varones; si se pone la lupa sobre el grupo de edad, hasta 29 años alcanza al 58,7%, contra el 36,5% de 30 a 64 años; por forma de trabajo, el cuentapropismo avanza a pasos agigantados (62,4%), entre los asalariados es del 35,8% y del 19,7% entre los patrones. Mientras que tres ramas de actividad (servicio doméstico, construcción y comercio) explican los mayores porcentajes: 77%, 76,6% y 51,9% respectivamente.

Además, el relevamiento del Indec señala que el 21,6% de las personas con empleo informal se desempeña en unidades económicas del sector informal (no registradas oficialmente), mientras que un 11,8% lo hace incluso en el sector formal –lo que revela prácticas irregulares dentro de empresas formales–, y un 4,8% trabaja en hogares como personal doméstico sin estar registrado.

Además, el informe destaca que la condición de informalidad desciende de acuerdo con el nivel educativo del trabajador. Entre los empleados con un nivel superior de estudios y universitario completo la ocupación informal se ubica en el 10,4%, mientras que para aquellos que solo tienen el secundario completo lo triplica, alcanza al 32,4%.


Ganadores y perdedores
Durante 2024 los varones jóvenes fueron los mayores perdedores en lo que a empleo respecta. En la franja que va de 14 a 29 años descendieron del 55,4% al 52,2% en la tasa de actividad, aquella que reúne a los que tienen o buscan trabajo. Mientras que en el indicador de empleo los jóvenes descendieron del 49% al 45,7% y subieron del 11,5% al 12,5% en el de desempleo, en ambos casos por arriba de la media de la población.

Empleo joven. Descendió del 49% al 45,7%, mientras que el desempleo subió un punto, del 11,5% al 12,5%.

Foto: Jorge Aloy

El relevamiento del Indec, no hace más que ir en línea con consultoras privadas e incluso otros indicadores de organismos públicos. Los varones jóvenes son los más expuestos al proceso de destrucción de empleo, y quienes en su mayoría pasan a la informalidad, en un contexto de destrucción de empleo formal tanto público como privado. De allí, el crecimiento del cuentapropismo, pero también de la suba de la ocupación demandante (quienes tienen empleo, pero buscan trabajar más horas), como consecuencia de la evolución del salario (hacia abajo) y del techo paritario impuesto por el Gobierno desde principios de este año.

Desde la asunción de Javier Milei, hasta enero último, se destruyeron 173.524 puestos de trabajo asalariados registrados. 124.010 correspondieron al sector privado y 49.514 al ámbito público. El leve crecimiento que la creación de empleo privado venía mostrando desde agosto/septiembre pasados, se vio interrumpido durante el primer mes del año. En enero de 2025 el empleo asalariado registrado privado se redujo de 6.254.502 a 6.245.660 trabajadores, 8.842 personas menos, de acuerdo con la Secretaría de Trabajo. Respecto al «trabajo independiente» señala que «en su conjunto se mantuvo estable en enero (0,6 mil trabajadores menos). Sin embargo, al interior de esta categoría se observaron movimientos compensatorios: la cantidad de monotributistas sociales continuó disminuyendo (2,9%, 7,6 mil personas menos), al igual que los aportantes al régimen de autónomos (-0,7%, 2,6 mil personas menos). Por su parte, el número de monotributistas aumentó (+0,5%, 9,6 mil personas más), compensando la caída en las otras categorías», detalla el Informe.

Especialistas advierten que esta caída se va a mantener en los próximos meses debido al salto inflacionario de marzo, que sin dudas va a enlentecer –cuando no obstruir– la recuperación de la actividad y el empleo.

El panorama a nivel nacional a corto y mediano plazo no guarda demasiadas expectativas favorables. Con la re reprimarización de la economía en marcha, donde los ganadores del modelo son sectores que tienen como característica sobresaliente su escasa generación de puestos de trabajo, hasta un observador distraído podría pensar que se avecina una tormenta perfecta. Más aún cuando datos de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) y la Cepal destacan que la tasa promedio de informalidad juvenil en América Latina y el Caribe es del 54,4%. Poco más de la mitad de las personas ocupadas en la región no tienen acceso a un trabajo en la economía formal. 

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