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La estrategia del ahogo

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Daniel Víctor Sosa

Las transferencias desde Nación cayeron casi 19% en el primer semestre, en parte por la recesión inducida, pero también por la decisión de federalizar el ajuste.

Paralizada. El freno a la obra pública tiene impacto nacional y regional. Enlace entre las rutas 3 y 33 cercano a Bahía Blanca, sin terminar.

Foto: Gobierno de la Provincia de Buenos Aires

La «apropiación indebida» de recursos provinciales, junto a la recesión, la «ínfima» inversión en infraestructura y la notable pérdida del poder adquisitivo del salario «forman una tormenta perfecta que impacta negativamente en el federalismo fiscal», cuestionó el gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto. Otros mandatarios provinciales piensan lo mismo, pero se mantienen cautos y evitan expresarse al respecto en público. Algunos por sus simpatías con el reacomodamiento económico, financiero y social en curso. Otros, a la espera del cumplimiento de promesas de aportes del Gobierno nacional en distintas áreas.

En todo caso, Ziliotto –virtual vocero de otros mandatarios– advierte que el ajuste que lleva a la práctica la Casa Rosada implica «el desfinanciamiento de políticas públicas principalmente de salud, de educación y de alimentación, cuya responsabilidad recae en las provincias».

Un reciente informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso Nacional aportó datos que justifican el malestar. Según corroboró dicho trabajo, las transferencias del Tesoro nacional a Gobiernos provinciales y municipales se redujeron en casi 19% durante el primer semestre, en comparación con las de igual período de 2023. 
Vale recordar que, según la Ley de Coparticipación, del total de impuestos coparticipables, el 42,3% se los queda el Gobierno nacional y un 56,6% se reparte entre las provincias de forma automática. El restante 1% se reserva para el Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) que el Estado administra para atender situaciones de emergencia y desequilibrios financieros de los gobiernos provinciales.

En lo que va del año, las transferencias automáticas sintieron el impacto de la caída de la actividad económica y la eliminación de la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias –ahora revertida–, evaluó el economista Fabián Turiansky, de la Asociación Argentina de Presupuesto.

Pero las mayores caídas (de hasta 50% interanual) se verificaron en los giros vinculados a leyes especiales (asignaciones específicas de impuestos que no conforman la masa coparticipable).

Por su parte, las transferencias no automáticas (independientes de la coparticipación federal de impuestos) mostraron una caída nominal del 52% en la primera mitad del año, lo que se traduce en una contracción real del 82%.

Perjudicados
Las mayores caídas en las transferencias nacionales, por encima del promedio general, perjudicaron principalmente a Buenos Aires (-24,9%), La Rioja (-23,7%), Neuquén (-20,7%) y Chaco (20%), siempre en enero-junio frente a igual período del año anterior.

Ziliotto y Kicillof. Reunión de los mandatarios de La Pampa y Buenos Aires. El pampeano denuncia el desfinanciamiento por parte del Gobierno nacional.

Foto: NA

También padecieron el recorte de recursos, si bien por debajo de la media, Santa Cruz (-18%), Entre Ríos (-17,8%), Tierra del Fuego (-17,6%), Corrientes y Formosa (-17% en cada caso). 

Esos datos, según el pampeano Ziliotto, «muestran que el desprecio al interior no es selectivo. No es una discriminación entre amigos y enemigos, no es un sistema de premios y castigos: el anunciado objetivo de fundir a las provincias está por encima de todo». 

Otros mandatarios definen la situación como «un ataque ideológico al federalismo», herramienta estratégica de desarrollo armónico e inclusivo.

En cualquier caso, ya hacia fines de enero el ministro de Economía, Luis Caputo, había anticipado que analizaba «todas las partidas provinciales que se recortarán inmediatamente», si alguno de los artículos económicos de la ley ómnibus era rechazado, como finalmente ocurrió.

La expectativa, aún entre los más optimistas, es que el componente central de las transferencias, la actividad económica (en fuerte descenso tras la devaluación del peso en diciembre y la posterior luz verde para los aumentos de precios y tarifas, con la consiguiente caída de la demanda interna), tarde en recomponerse más meses de lo previsto por el Gobierno.

El proceso recesivo, de momento, se traduce en la baja en la recaudación impositiva: en el acumulado del primer semestre los recursos tributarios registraron una suba nominal del 250% en comparación con igual tramo del año previo. Esto es, 18 puntos porcentuales por debajo de la inflación de 268% observada en el mismo período, y por tanto significó un deterioro en términos reales de 4,8%.

Desde luego, las consecuencias no fueron parejas sino dispares, dadas las diferencias estructurales de concentración poblacional, productivas y de prestación de servicios de las distintas provincias. 

Frente a la baja promedio de 12,2% en las transferencias automáticos realizadas por la Nación a las gobernaciones, la provincia de Buenos Aires soportó un recorte del 13,9% en los primeros seis meses de 2024, mientras que CABA vio declinar esos ingresos en solo 8,8%.

Donde el lápiz rojo libertario se aplicó sin piedad fue en las transferencias no automáticas. Es decir, aquellas realizadas a gobiernos provinciales y municipales para financiar gastos corrientes y de capital, y que representan un monto relativamente inferior (algo menos de 250.000 millones de pesos, frente a 18 billones de las automáticas).

Francos. El jefe de Gabinete firmó con tres gobernadores convenios de traspaso de obras a las provincias de Entre Ríos (Frigerio), Jujuy (Sadir), y Chaco (Zdero).

Foto: NA

La poda aplicada en este ítem (-87%) afectó a diversas áreas sensibles y obligó a las provincias a apretarse el cinturón para poder atenderlas con sus propios recursos. La tijera del ministro Caputo pasó, entre otros programas, por los rubros Gestión y Políticas Socioeducativas, Fondo Nacional de Incentivo Docente, Desarrollo Regional (adelantos del Tesoro nacional), Desarrollo de Seguros Públicos de Salud, Asistencia Técnica, Financiera y de Infraestructura para el Saneamiento, y Transferencias a Cajas Previsionales Provinciales.

En ese proceso se eliminó el Fondo de Fortalecimiento Fiscal bonaerense, que en el primer semestre de 2023 fue de 97.000 millones de pesos, y se recortaron en 94,9% las partidas no automáticas para Políticas Alimentarias (fueron directamente suprimidas este año en 14 distritos). En el primer semestre de 2023 ese apoyo dirigido a las familias en situación de mayor vulnerabilidad había insumido 15.390 millones de pesos. 

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