Economía

Mediocre performance

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El rebote fabril registrado en 2017 recupera terreno ante el casi nulo crecimiento del año anterior, mientras que la heterogeneidad por ramas, la pérdida de empleos y la caída del consumo encienden luces de alarma en el sector. Economías regionales.

Manufactureras. La actividad textil es la que más retrocedió desde 2015. La siguen tabaco, siderurgia y refinación de petróleo. (Horacio Culaciatti)

La actividad económica cerró 2017 con un crecimiento del 2,8%, de acuerdo con datos oficiales. De esa manera, la economía argentina recuperó el terreno perdido el año anterior. No obstante, los profesionales del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) precisan que «uno de los “caballitos de batalla” del discurso oficial es que la economía argentina no crecía en los cuatro años previos a la gestión de Mauricio Macri. Efectivamente, la tasa anual acumulativa reflejó un crecimiento del 0,4% entre 2011 y 2015. Sin embargo, se trata de una tasa de crecimiento superior a los dos primeros años de administración macrista: 0,1% anual entre 2015 y 2017. Claro está que ambas tasas de crecimiento, que muestran una economía prácticamente estancada entre 2011 y 2017, contrastan con las altas tasas de expansión económica del período anterior 2003-2011 (6% anual acumulativo)».
La mediocre performance económica es aún peor en el sector industrial, donde el leve crecimiento del año pasado (1,8%) no compensa la caída de 2016 (4,6%). Ese rebote fabril fue heterogéneo porque, mientras algunas ramas crecieron (principalmente las relacionadas con la construcción), otras continuaron retrocediendo, como textiles, tabaco, alimenticia, refinación de petróleo, químico, papel y cartón. Al mismo tiempo, el empleo industrial continuó cayendo: la plantilla se redujo en 19.000 trabajadores en 2017.
Según datos de la consultora Radar, la mayoría de las ramas manufactureras están por debajo de los niveles de actividad de 2015: textiles (−12,5%), tabaco (−11,1), siderurgia (−7,3), refinación de petróleo (−5,9), edición e impresión (−5,7), químicos (−2,9), alimentos (−2,1), automotriz (−1,9), papel y cartón (−1,6) e insumos de la construcción (−0,8). Los únicos sectores que mejoraron su posición fueron la metalmecánica (3,6%) y caucho y plástico (0,3).
Desde la llegada de Macri a la Casa Rosada, la actividad manufacturera acumula un retroceso global del 2,9% y una pérdida de 66.000 empleos. En tanto, la utilización de la capacidad instalada industrial se ubica en el 64%, superior a diciembre de 2016 (63,6%), pero muy por debajo del nivel registrado en octubre de 2015 (71,4%).

Quejas
La agenda impulsada por el gran empresariado (rebaja de impuestos y del gasto público, reforma laboral) es afín al ideario macrista. Y en la misma línea se ubica la conducción de la Unión Industrial Argentina (UIA) comandada por Miguel Acevedo (Aceitera General Deheza) y Luis Betnaza (Techint). Sin perjuicio de eso, la presión de algunas firmas asociadas a la central empresaria, más los flojos resultados económicos, elevó el tono de las quejas industriales. A fines de febrero, los empresarios criticaron con dureza el rumbo económico, concentrando las críticas en el crecimiento de las importaciones, los aumentos tarifarios, los cortes de luz y el intento de firmar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Adrián Kauffman Brea, de Arcor, se quejó por la creciente importación de tomates italianos, que ya representan el 21% de la producción local. Por su parte, el representante del sector textil, José de Mendiguren, sostuvo: «Estamos muertos, solo nos queda elegir bóveda o nicho».
A su vez, los industriales mercadointernistas advirtieron el impacto negativo de la baja del consumo. La consultora Kantar Worldpanel informó que el consumo masivo tuvo una contracción interanual del 2% en enero. En relación con enero de 2015, la canasta de consumo promedio se contrajo 10% en volumen. La baja es mayor en el nivel socioeconómico bajo superior, que representa un tercio de la población nacional. En ese segmento, el consumo se redujo un 11% en volumen. Y el relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) confirma esa tendencia. Las ventas minoristas acumulan un retroceso del 1,3% interanual en los dos primeros meses de 2018.
El ministro de Producción salió al cruce de los reclamos empresarios. Francisco Cabrera pidió a los industriales «que generen una agenda seria, se dejen de llorar y se pongan a invertir y competir». El panorama futuro no pinta muy halagüeño: si se concreta la intención oficial de profundizar el ajuste fiscal y salarial esto repercutirá negativamente en el consumo y la actividad.

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