Economía | INFLACIÓN, RECESIÓN Y EMPLEO

No arranca

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Mirta Quiles

Un dólar «controlado» y un IPC «bajo control» no bastan para ganar elecciones. Menos aún para despertar la actividad económica que muestra un parate y destruye puestos de trabajo.

Construcción. Es el sector más afectado, con una reducción de 25.628 trabajadores entre noviembre de 2023 y junio de 2025.

Foto: NA

La tercera fase del plan económico presentado en abril por el Gobierno hace ya varias semanas que hace agua. Tan es así, que incluso el dólar ya no flota y se acerca cada día más al techo de la banda cambiaria. Más allá de los pomposos autoelogios que el presidente y sus funcionarios del palacio de Hacienda lanzan sobre su plan económico, no deja de ser una faceta más del bien conocido proceso de valorización financiera, implementado en el país en el pasado reciente, por tres gestiones: la dictadura cívico-militar de 1976-1983, el Gobierno menemista (1989-1999) y su régimen de convertibilidad y, más cerca en el tiempo, por el Gobierno de Cambiemos (2015-2019).
«La desconexión entre el valor financiero y el productivo, que constituye su sustento real, es lo que provoca turbulencias financieras que en la economía argentina toman la forma de corridas cambiarias y que no se inician en las expectativas de expansión en la economía real. Ese fue el caso del proceso de valorización financiera durante la última dictadura cívico-militar y la implosión de su crisis en 1981-82, el del régimen de convertibilidad y la gran crisis de fin de siglo, o la que tuvo lugar en el marco del intenso proceso de endeudamiento externo durante el gobierno de Macri y la crisis del bienio 2018‒19», sostiene un documento publicado por FLACSO la semana pasada. Para luego afirmar: «Todo proceso de valorización financiera es en sí mismo inestable y conlleva profundas y regresivas transformaciones en la estructura productiva y en la distribución del ingreso». Y como directo correlato, en la destrucción de puestos de trabajo.

De acuerdo con los datos de la Secretaría de Trabajo, en junio y julio pasado se redujeron los asalariados del sector privado. 12.510 empleos formales menos, mostrando una caída del 0,2%, por debajo del nivel de diciembre de 2024. Contra noviembre de 2023, la caída acumulada es de 189.609 asalariados formales.

La Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), también de Trabajo, sostiene que en el séptimo mes del año siguió la caída del empleo asalariado. El mismo informe enumera que, tras la caída del primer trimestre de 2024, se moderaron a mitad de año y mostró un pobre crecimiento hacia finales del año pasado. «Sin embargo, durante la primera mitad del año 2025 el empleo presentó fluctuaciones, alternando subas y bajas mensuales dejando al empleo en un nivel muy similar al registrado en diciembre 2024». Estos datos en lo que refiere a trabajo formal.

Si vamos al trabajo independiente, en junio ‒último dato disponible‒ creció 0,3% (unas 8.000 personas). «Este aumento se debió principalmente al incremento de 12,5 mil personas adheridas al monotributo (0,6%), lo cual fue parcialmente contrarrestado por una caída de 1,7 mil en la cantidad de aportantes al régimen de autónomos (-0,4%) y de 2,7 mil personas encuadradas en el monotributo social (-1,1%)», agrega el informe. Y vaya sorpresa, los empleados del sector público se incrementaron en 7.824 personas. Aunque, en relación con noviembre de 2023, son 65.024 trabajadores menos.

Monotributistas. No paran de incrementarse. En los 18 meses de gestión libertaria se sumaron 129.325 personas al régimen.

Foto: NA


Caída formales
En su último trabajo, y al calor de la derrota de la fuerza del Gobierno nacional en territorio bonaerense, CEPA analizó la evolución de la cantidad de trabajadores y empleadores en la provincia de Buenos Aires desde noviembre de 2023 hasta mayo de 2025. Acaso para intentar explicar el triunfo de Fuerza Patria.

Mientras que la cantidad de empleadores con trabajadores registrados se contrajo en 4.049 empresas, en el mismo período, la cantidad de trabajadores registrados en unidades productivas se redujo 2,5%. Una pérdida de 82.300 puestos de trabajo. El sector más afectado fue el de Construcción, con una reducción de 25.628 trabajadores en dicho período. Seguido por la Industria Manufacturera, que perdió 22.104 puestos. También registraron caídas significativas los sectores de Administración pública, defensa y seguridad social obligatoria, con 16.786 empleos menos, y Servicio de transporte y almacenamiento, con una pérdida de 14.633 puestos de trabajo.

«¿La recesión empezó a llegar a los datos de empleo?», se pregunta Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA-Autónoma, en un posteo de X. «En junio el sector privado registrado tuvo la peor caída mensual desde el primer trimestre de 2024 (SIPA). Compensó un poco el aumento en el sector público, pero en términos agregados el empleo sigue sin arrancar», escribió en un hilo de la red social. «El empleo formal cayó muy fuerte en el primer semestre de 2024. El sector privado tuvo un pequeño rebote en el tercer trimestre, pero desde octubre del año pasado está estancado. Lisa y llanamente, la economía no demanda puestos de trabajo formales», analiza. «En el sector privado la caída de junio borró todo el crecimiento de abril y mayo. En términos absolutos estamos en niveles similares a los de 10 años atrás. Llamarlo década perdida es poco». Y para cerrar, argumenta: «La mayor atención del día a día se la siguen llevando las variables financieras, la macro, la inflación, el dólar, pero en materia laboral el panorama es sombrío. Por ahora no se vislumbra qué sectores podrían traccionar el empleo, si es que en algún momento arranca».

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