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Los últimos datos oficiales revelan un creciente deterioro de la situación laboral, con aumento de la desocupación y retroceso en los ingresos de los sectores populares. El Conurbano bonaerense, el Gran Rosario y Mar del Plata, las regiones más afectadas.

Construcción. El gobierno apuesta a aumentar la obra pública para revitalizar la actividad. (Télam)

La actividad económica pasará en los próximos meses del frío intenso a una gradual sensación de tibieza. Esto, en términos macro. Y junto con algunos ganadores netos habrá amplios segmentos que seguirán en crisis. O peor aún, que sufrirán un deterioro más agudo, mientras que no pocos quedarán fuera de juego por el efecto combinado de la menor demanda interna, la creciente competencia externa y los tarifazos. De cualquier modo, con la tracción de algunos rubros (construcción, energía, agro) es probable que el nivel de desempleo promedio baje algunas décimas en la medición del segundo trimestre, frente al 9,2% del primero. En el caso de la construcción, la actividad se ve fortalecida por el renovado impulso gubernamental hacia la obra pública.
Cuando el Indec difunda el nuevo dato en setiembre, días antes de las elecciones, la Casa Rosada lo exhibirá como un éxito. El relato se completará con la referencia al impacto favorable del cierre de las negociaciones paritarias y al aumento del salario mínimo, vital y móvil. Con todo, será difícil de ocultar lo que quedará claramente expuesto a través de los indicadores de empleo y de remuneraciones, a poco más de año y medio de gobierno macrista: empeoró drásticamente la situación laboral y de ingresos de la mayoría de los sectores populares.
El salto en la desocupación fue evidente desde fines de 2016, cuando el nivel alcanzaba el 7,6% de la población económicamente activa. Ese incremento obedeció a la destrucción de puestos de trabajo en el período, y también a que más personas estuvieron dispuestas a buscar una ocupación rentada. La tasa de actividad se situó en 45,5%, desde los 45,3% del último trimestre del año pasado. A su vez, la tasa de subempleo (ocupados que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntarias y están dispuestos a trabajar más) alcanzó 9,9%, cuatro décimas menos que el trimestre anterior. «En 31 aglomerados urbanos hay 1,24 millones de trabajadores subocupados y dos de cada tres están buscando activamente trabajar más», resumió la consultora Ecolatina.
La situación no es muy distinta cuando se observa el panorama por regiones. El informe oficial reveló que el Conurbano bonaerense registró la situación de empleo más crítica, con un desempleo de 11,8%, más de dos puntos porcentuales por encima del último trimestre de 2016. Es cierto que los conglomerados Viedma-Carmen de Patagones (1,1%) y Resistencia (1,4%) exhibieron prácticamente pleno empleo, pero en el Gran Rosario la desocupación llegó a 10,3%, es decir, 1,7 punto más que el trimestre anterior. Mientras que en Mar del Plata se sostuvo en dos dígitos aunque en ligero descenso, desde 10,6% de octubre-diciembre de 2016 a 10,4% en enero-marzo. Y en la ciudad de Córdoba se mantuvo debajo del 10%, pero con un alza significativa, de 8 a 9,6%. La Ciudad de Buenos Aires, el distrito más rico del país, mostró una desocupación en alza, hasta 9,4% en el primer trimestre, según las estadísticas porteñas. En CABA, como en otras jurisdicciones, se registra un fenómeno que posiblemente continúe durante este año: aumenta algo el empleo mientras la población que busca trabajo crece más, y eso se refleja en la suba de la tasa de desocupación.

Sesgos
El Centro de Investigación y Formación de la CTA (Cifra) sostiene que fueron los jefes de hogar quienes sufrieron en mayor medida una caída en el empleo, «lo cual pone en situación de fragilidad a todo el hogar que convive con ese jefe». A su vez, el Instituto del Trabajo y la Economía de la Fundación Germán Abdala (Itega) explica que «ante deterioros en el poder adquisitivo del salario, o pérdida del empleo del trabajador principal, el resto de los miembros del hogar se ven obligados a salir a buscar trabajo, incrementándose de esta manera la población económicamente activa».
Entre las manifestaciones de tensión en el mercado de trabajo sobresalen los sesgos antifemeninos y antijuveniles de la oferta laboral. En la Ciudad de Buenos Aires, como en otros distritos, mientras la desocupación masculina bajó levemente, la femenina se incrementó en 2 puntos. El desempleo entre los jóvenes supera el 15% en los casos extremos.
Otro fenómeno que se observa casi sin excepciones alude al impacto del desempleo según los estratos de ingreso. La evolución en los mayores aglomerados urbanos revela que amplios sectores de clase media se volcaron a la búsqueda de trabajo, presumiblemente por el impacto de la crisis económica, que estaría haciendo mella en la población hasta ahora menos vulnerable. Cifra destaca además que se redujo el peso en el empleo de los asalariados registrados, que son quienes tienen mayores ingresos en promedio y una situación de mayor estabilidad. A la vez, creció el número de los no asalariados, en su mayor parte trabajadores por cuenta propia.
Lo cierto es que se acentúa la tendencia expansiva del cuentapropismo, que en el ámbito porteño ya concentra al 18,4% del total de trabajadores del territorio. Y no se trata de prácticas de «emprendedorismo», sino de tareas de «refugio» ante la menor tasa de asalarización. «Este resultado –interpreta Itega– implica que se están extendiendo las actividades típicamente informales, que sirven como refugio laboral frente al menor dinamismo e incluso destrucción de puestos de trabajo asalariados, lo que conlleva a una mayor precariedad del mercado de trabajo en su conjunto».
El deterioro del mercado de trabajo sigue siendo un espejo de la situación económica, en el país y en cada distrito. Las excepciones en el cuadro general de estancamiento económico no ofrecen paliativos a la destrucción de puestos de trabajo registrados que muestran las bases de AFIP, entre otros indicadores. La verdadera recuperación –volver a los niveles de 2015–, demandará aún un par de años, según los cálculos más optimistas.

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