Economía | SALARIOS

Regresión acumulada

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Daniel Víctor Sosa

La caída del poder adquisitivo de los ingresos laborales en el primer semestre de gestión libertaria profundiza un derrotero que se arrastra desde 2015.

Jubilaciones. El haber mínimo perdió un tercio de su poder de compra, el desplome más profundo de los últimos 30 años.

Foto: Facundo Nívolo

La persistencia de zonas poco iluminadas (o directamente oscuras) en la información sobre temas económicos, habilita conclusiones de supuesta «naturalidad» de políticas que se presentan como virtuosas cuando, en rigor, conducen a resultados regresivos en perjuicio de amplios estratos sociales. Este fenómeno atañe particularmente a las mediciones vinculadas con la distribución, entre los distintos grupos de la población, tanto de los ingresos generados en forma colectiva como de las riquezas y el patrimonio acumulado por generaciones.

Una excepción en esa tendencia de escamoteo de datos relevantes, que solo de modo excepcional son difundidos por los grandes medios, es la actividad desarrollada por el Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate), que coordina el economista Sergio Arelovich. Al analizar la evolución del poder de compra de los salarios, el centro de estudios con sede en Rosario precisó que, en el sector privado, cada trabajador acumuló en promedio una pérdida de $630.000 en los primeros seis meses de gestión del Gobierno de La Libertad Avanza. Ese retroceso supera ampliamente al registrado durante similar lapso inicial del Gobierno de Mauricio Macri, cuando empleados y operarios de empresas privadas sufrieron una baja acumulada de $511.000.

En su último informe, Mate destacó el panorama «alarmante» para los ingresos laborales, debido al «brutal ajuste fiscal, la devaluación del 2% mensual y el avance imparable de la inflación, que acumula un incremento del 144,4% desde la asunción de Javier Milei». El inicio de la actual gestión «se posiciona como el peor de cualquier Gobierno desde la década de 1990, y ya generó un impacto significativo tanto en los salarios como en el consumo de la población», constata el análisis. Con el agravante de que la desmejora de la capacidad adquisitiva se agudiza sin pausa desde hace 9 años, ya que se registró también en el primer semestre de gestión de Alberto Fernández, en un promedio de $117.211 por trabajador.


Retrocesos
En los últimos meses, gracias a las mejoras en las negociaciones paritarias los asalariados del sector privado pudieron aminorar ligeramente el impacto de la caída inicial y comenzaron a recuperar lentamente parte del poder adquisitivo perdido desde fines de 2023. De todos modos, hacia mediados de este año el salario es 7% más bajo que en noviembre último, de acuerdo con cálculos de Mate. Lo que se observa en cuanto a la tendencia de los salarios privados reales (descontada la inflación), es una «década perdida», señala el Mirador. Sobre una base igual a 100 en 2015 el nivel actual es de 76, lo que equivale a una pérdida acumulada para cada trabajador de $16,7 millones.

Transferencia de ingresos. La caída de la masa salarial total desde fines del año pasado le restó a los trabajadores $22,1 billones.

Foto: Mauro Torres

En peor situación, con todo, se ubica el salario en el sector público, bajo mayor presión debido al recorte del gasto estatal y la asfixia financiera impuesta sobre las provincias. Así, la pérdida desde noviembre último alcanza al 17%. Pero si el cálculo toma como punto de referencia a  2015, el recorte sufrido por los empleados estatales es de 41%, lo que equivale a una pérdida acumulada de casi $30 millones.

El informe de Mate resalta que la caída de la masa salarial total desde fines del año pasado provocó «una transferencia masiva de ingresos», de $22,1 billones que se evaporaron del bolsillo de los trabajadores, mientras que el Estado dejó de percibir $4,8 billones en concepto de aportes y contribuciones a la seguridad social. También las obras sociales y sindicatos sufrieron pérdidas sustanciales: $1,4 billones y $300.692 millones menos, respectivamente.

El drástico ajuste impuesto desde la Casa Rosada, desde luego, no solo está afectando a los trabajadores activos, sino que también golpea duramente a los jubilados. El haber mínimo jubilatorio perdió un tercio de su poder de compra, y el desplome durante los primeros nueve meses del Gobierno de Milei se destaca como «el más profundo de los últimos 30 años».

Reflejo directo de este descenso, el consumo privado, un componente clave del Producto Interno Bruto, anotó una caída del 10% en el segundo trimestre de 2024 comparado con el año anterior, derrumbe solo comparable con los peores momentos de la pandemia. En este escenario, sostiene Mate, no es de extrañar que la población se componga de más de la mitad (53%) de personas pobres. Lo cual incluye al 66% de niños y niñas de hasta 14 años; el 61% de las y los jóvenes de 15 a 29 años; el 49% de los adultos de 30 a 64 años; y el 30% de los mayores de 65 años. La estadística oficial reveló además, que se duplicó en pocos meses, hasta alcanzar su máximo nivel histórico, la indigencia (categoría que incluye al 18% de los habitantes, que no alcanzan a pagar una canasta alimentaria). Así, «lejos de transmitir estabilidad, el ajuste y la caída salarial han generado un escenario de mayor fragilidad económica, amenazan la estabilidad económica del país, frenando la inversión y el consumo», concluye el informe de Mate.

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