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Las medidas proteccionistas del gobierno estadounidense pusieron en jaque al sector, pero la crisis para las pymes comenzó con la liberalización del comercio exterior y el ingreso de saldos de productos metalmecánicos a precios de competencia desleal.


Acero y aluminio. Las exportaciones anuales son de 300 y 500 millones de dólares. (Jorge Aloy)

La industria siderúrgica fue una de las más afectadas por la política económica de la administración Cambiemos, aunque en los últimos meses de 2017 había logrado una cierta recuperación de la mano de una mayor demanda externa. Al crecimiento de las compras externas de productos e insumos metalmecánicos se suma la baja de Licencias No Automáticas (LNA) para este y otros rubros como política de gobierno. Y para redondear, el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump sobre la aplicación de aranceles de 25% en importaciones de acero y de 10% en aluminio, aunque luego la suspendió «por el momento». Si bien los principales afectados por la decisión del país del norte son las grandes productoras, en particular Techint y Aluar, también impactaría negativamente en las pequeñas y medianas empresas del sector por el desvío de los stocks. La industria argentina del acero y el aluminio exporta actualmente entre 300 millones y 500 millones de dólares al año respectivamente, según datos oficiales. La Cámara Argentina del Acero difundió un comunicado en el que destacó el riesgo de un desvío de comercio hacia Latinoamérica y Argentina de productos de acero, que muchas veces ingresan en condiciones de comercio desleal provenientes desde países como China, Corea del Sur, Vietnam, Rusia, y Ucrania, entre otros.

Malos desempeños
Pero la crisis del sector, y que impacta principalmente a las pymes, comenzó hace dos años. Para el segmento, la situación es todavía más preocupante, a partir de un ingreso irrestricto de importados. El gobierno exceptuó del Sistema de Licencias No Automáticas (LNA) a 326 productos de un universo de 1.600 posiciones arancelarias, mientras que se agregaron apenas 8. Las importaciones de las posiciones arancelarias que se eliminaron sumaron 3.300 millones de dólares en 2017, un 5,4% del total importado. Por lo tanto, la decisión podría tener un alto impacto en términos macroeconómicos.
Los malos desempeños de las industrias automotriz y petrolera, del sector de electrodomésticos y la construcción tuvieron una negativa repercusión en la siderurgia durante 2016, cuya caída se morigeró el año pasado. «El exceso de oferta internacional, como consecuencia del rol de China en la producción de acero y el comercio, afectó negativamente a la producción, dada la mayor competencia en productos importados», indica un informe sectorial. Por su parte, la consultora Radar detalla el comportamiento que exhibieron las industrias vinculadas con la producción metalmecánica. El informe señala que en el complejo automotor se registró en los últimos dos años –comparación 2017 contra 2015– un fuerte crecimiento de vehículos importados (103%) acompañado por una caída de la producción (−10,3%). En maquinaria agrícola, si bien la producción creció, la participación de los tractores importados sobre el total llegó a 30% en 2017 (era 7% en 2015). En el sector de línea blanca se destacan productos como lavarropas, heladeras y aires acondicionados, en los que hubo caídas en la producción de 12%, 8% y 40%, respectivamente, y aumentos en las importaciones de 298%, 341% y 20%. En insumos siderúrgicos se vieron fuertes subas en las compras de productos extranjeros de ferroaleaciones (376%, medido en toneladas), formas primarias (266%) y recipientes (80%).

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