27 de octubre de 2015
Con el objetivo de poner en debate las perspectivas económicas de este momento histórico, el encuentro tuvo como eje contribuir a la construcción y fortalecimiento del paradigma heterodoxo.
(CCC) y la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), se llevó a cabo en la Ciudad de Buenos Aires el 13 y 14 de octubre, el segundo Congreso de Economía Política. Este año el encuentro tuvo como eje la alternativa «Neoliberalismo o proyecto popular y democrático en Argentina y Latinoamérica», y su objetivo central fue replicar los debates que se dan en el campo popular sobre la temática económica. Así, los temas se centraron en los aspectos macroeconómicos nacionales y las alternativas frente a la restricción externa; economía social y cooperativismo; desarrollo, crecimiento y distribución de la riqueza; recursos naturales en América Latina y Latinoamérica en la geopolítica mundial. En esta segunda edición, más de 700 especialistas, académicos y funcionarios debatieron en 24 paneles más de 100 ponencias de investigadores argentinos y extranjeros, duplicando el número de asistentes del primer encuentro en 2014.
El cierre del Congreso –en la sala Solidaridad colmada de público y que pudo seguirse también a través de pantallas en otras salas del CCC– estuvo a cargo del ministro de Economía, Axel Kicillof, y del diputado nacional y dirigente cooperativo Carlos Heller, quienes estuvieron acompañados por el director del CCC y diputado nacional Juan Carlos Junio; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Carlos Bianco; el rector de la UNQ, Mario Lozano; y el coordinador del Departamento de Economía del CCC, Martín Burgos.
«Estos últimos 12 años han sido muy ricos en actividad heterodoxa en muchos planos. Pero no se debe olvidar que hubo una época en la Argentina en donde no había ni dónde reunirse, ni dónde difundir ideas que no fueran las de la corriente ortodoxa y tanto la Universidad de Quilmes como el Centro Cultural de la Cooperación fueron espacios a los que hay que reconocerles esa tarea. Una tarea que es más complicada en épocas de resistencia, de retroceso, de auge neoliberal», comenzó el ministro. Durante su exposición reseñó los avances que el país ha tenido en lo referido a desendeudamiento, crecimiento industrial, caída del desempleo a un dígito, distribución del ingreso e inclusión social. «Todo esto se alcanzó aplicando medidas de política económica que han sido tremendamente criticadas por la ortodoxia, por el FMI. ¿Por qué? Porque la política económica que llevaron adelante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández está en las antípodas de las políticas que imperaron en la Argentina durante casi tres décadas, con gobiernos militares y también con gobiernos civiles y democráticos», relató Kicillof. Al final de su alocución, exhortó a los investigadores participantes del congreso a elaborar una teoría «genuinamente latinoamericana, que piense la problemática propia de nuestros países y cuál es la salida a los males endémicos de la región».
«Hemos llevado adelante políticas económicas heterodoxas, que no son parte del recetario tan dañino y tan descarnado del liberalismo. Y ha rendido sus frutos. Ahora falta avanzar hacia la teoría económica. Nos debemos eso. Por eso vengo a este congreso a decir que hay una tarea gigantesca, que no es ni para una persona ni tan siquiera para un país. Es necesariamente, como son todos los procesos de creación científica, una tarea colectiva. Hay que crear una nueva teoría económica latinoamericana. No podemos hacernos los distraídos. Tenemos que reformular la teoría económica. Es una tarea y es también un llamamiento. Estamos en un momento en el que tenemos la necesidad de reflexionar sobre lo que pasó, elevarlo al plano teórico, pero además, iniciar una tarea, la de construir un nuevo pensamiento económico latinoamericano al servicio de los pueblos».
Por su parte, el diputado nacional Carlos Heller comenzó su intervención diciendo: «Estamos en el Centro Cultural de la Cooperación, y como decía su creador, Floreal Gorini, el camino hacia las utopías requiere de muchas batallas, pero sin duda la más importante es la batalla cultural; y como parte de esa batalla estamos aquí». Tras analizar algunos ejes de la situación política y económica nacional, Heller coincidió con el ministro y sostuvo: «Lo que pasó en la Argentina durante esta década fue producto de la voluntad política de Néstor primero y de Cristina después, pero también de lo que pasó y pasa en la región. Y pueden resumirse en unas pocas cuestiones: la decisión política de impulsar el proyecto pendiente de Patria Grande, a través de la ampliación del Mercosur, la conformación de Unasur, Celac y Alba; una propuesta de inserción en el mundo desde una posición de autonomía y soberanía regional, aliándose a los nuevos bloques, BRICS, ASEAN más China; la voluntad de reformular el Estado y sus relaciones con la sociedad civil hacia un orden más justo y democrático; la configuración de democracias protagónicas y participativas a través de la reparación de buena parte del daño realizado por las políticas previas».
En el último tramo de su exposición, Heller reflexionó acerca de las transformaciones y el disenso que inevitablemente generan al querer revertir el statu quo. «Mauricio Macri dijo el otro día que el Estado tiene que ser como el canchero: encargarse del césped, de la iluminación, del riego. Pero en la cancha tienen que jugar los privados. Esas son las dos concepciones que están enfrentadas. Eso es lo que estamos discutiendo y lo que vamos a seguir discutiendo. No queremos un Estado que sea solo “canchero”, sino que sea protagonista, que juegue y haga goles. Por eso, vamos a seguir trabajando para que este proyecto continúe, se consolide y vayamos por más. Por todo lo que se hizo bien y por todo lo que falta, como dije en 2009 cuando lancé mi candidatura a diputado de la Nación».
Pensamiento en construcción
El director del CCC y diputado nacional Juan Carlos Junio, junto con el rector de la UNQ, Mario Lozano, y el coordinador del departamento de Economía del Centro Cultural, Martín Burgos, estuvieron a cargo de la apertura del evento. Junio sostuvo que la primera edición del congreso en 2014 –desde un enfoque heterodoxo y latinoamericanista– se convirtió en «una gran caja de resonancia tanto para el público en general, los medios de comunicación y los economistas, particularmente para una nueva camada de jóvenes economistas muy comprometidos con el proceso político, económico, social y cultural de nuestro país». Para el legislador, tras el triunfo del pensamiento económico ortodoxo, la heterodoxia debe ser una ruptura que recree «un nuevo pensamiento que pueda contribuir a la acción política rebelde, transformadora, de todos estos años en el continente y en nuestro país a partir del fenómeno kirchnerista. Y esa acción política transformadora tiene que inevitablemente ir acompañada de un nuevo pensamiento. Aquí estamos, entonces –cerró Junio–, con la convicción de que este congreso será un aporte a ese pensamiento heterodoxo que nace al calor de la lucha política, de la gestión de los gobiernos de estos últimos tiempos».
A su turno, el rector de la UNQ sostuvo que «en lo que llamamos economía heterodoxa todavía falta la producción de paradigmas nuevos, de nuevas síntesis culturales, sociales y obviamente económicas. Estamos seguros de que tenemos que participar activamente en ese proceso y en ese sentido este congreso es un aporte al enriquecimiento cultural que estamos generando y que va a ayudar a la generación de nuevos recursos humanos, que van a participar en el desarrollo de nuestros pueblos. Es un rol esencial de las universidades tener esa mirada». Al cerrar su intervención, Lozano afirmó que «la economía social y solidaria debería inundar la economía en términos de distribución del poder y de la riqueza y de generación de puestos de trabajo genuinos; y en consecuencia, debería tener también un lugar desde lo académico. No podemos seguir generando espacios económicos en donde los grandes jugadores de la economía sean los únicos que ganan», concluyó.
Para finalizar, Martín Burgos señaló que «este congreso busca combatir la ortodoxia de la economía, pero también tomarse tiempo para pensar algunas respuestas a la economía argentina, a los desafíos que tenemos por delante». De las dos jornadas participaron, entre otros, el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, Roberto Feletti, Fernando Porta, Diego Coatz, María Castells, Marisa Duarte, Andrés Asiain, Alejandro Fiorito, Raúl Dellatorre, Agustín D’Attellis, Ignacio Sabbatella, Nicolás Zeolla, Leandro Ziccarelli, Nicolás Gutman, Ernesto Mattos, Damián Jacubovich, Andrés Wainer, Mariano Barrera, Federico Nacif, Marcelo Saguier, Ricardo Dieguez, Juan Santarcángelo, Juan Kornblihtt, Ana Grondona, Demián Dalle, y Gabriel Michelena.
—Mirta Quiles