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Acuerdo resistido

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Representantes argentinos trabajan con sus pares de Bruselas para elaborar las bases de un Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y el eurobloque. Quejas de los sectores industriales y preocupación por el tema patentes y propiedad intelectual.

INPI. El presidente Macri encargó al organismo la discusión de las licencias y patentes. (Jorge Aloy)

 

El gobierno argentino reinició las negociaciones con la Unión Europea (UE) por un Tratado de Libre Comercio en nombre del Mercosur.  Bienes, servicios y propiedad intelectual están entre las prioridades de Bruselas. La fecha límite para avanzar en los borradores es el  14 de octubre.
La intención del presidente Mauricio Macri es firmar un TLC con la UE «sí o sí, porque de lo contrario Brasil se corta solo», según señalaron los funcionarios que recientemente citaron a las cámaras de los laboratorios medicinales para avisarles que esta vez el capítulo de propiedad intelectual será un tema prioritario.
Apremiados por el tiempo,  la  Secretaría de Comercio y la Cancillería comenzaron  a citar a los sectores industriales uno por uno. «En bienes y servicios ya negociaron un acuerdo favorable a la UE. Nos enteramos por  asociados que vinieron a trasladarnos sus quejas y preocupación», reconocieron dirigentes de la Unión Industrial Argentina (UIA) a Acción.
Sobre propiedad intelectual, «ellos saben que hay una línea roja, que es el Acuerdo de la Organización Mundial de Comercio (TRIP) sobre derechos de propiedad intelectual» adoptado en la Ronda de Doha 2001, agregaron los informantes.
Mientras la UE coloca «una barrera alta para la propiedad intelectual», se niega a discutir sobre los subsidios agrícolas, un tema al que Francia y Holanda se oponen.
El Día de la Industria se produjo un contrapunto entre la Uia y el ministro de Producción, Francisco Cabrera: «Le dijimos que no podían entregarnos atados de manos en la negociación y que no se podía cerrar en estas condiciones».  La respuesta –recordaron– fue que «las negociaciones eran racionales y que no aceptarían un impacto devastador en la producción y el trabajo local».
Sin embargo, las promesas no han logrado aplacar la desconfianza, cuando el propio presidente ha admitido su ansiedad por firmar TLC o sumarse a las alianzas comerciales del Pacífico.

 

Decisión tomada
Por «decisión política», Macri dispuso que el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI) consensue el acuerdo relativo a patentes con la UE. El organismo que otorga las patentes es presidido desde junio por Dámaso Pardo,  socio de la Asociación Argentina de Agentes de Propiedad Industrial (AAAPI), un grupo de abogados que apenas asumió Cambiemos fue a pedir la anulación de las guías de patentabilidad adoptadas desde 2010 para evitar los abusos de mercado.      
Carlos Correa, director del Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (CEIDIE) de la UBA y miembro del Panel de Alto Nivel para el Acceso a los Medicamentos convocado por el secretario de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió que «no puede esperarse ninguna ‘‘benevolencia’’ de la UE porque trata de negociar sobre la base de los acuerdos que ya ha firmado con otros países, como Corea del Sur».
«Un punto clave es la calidad de la oferta que la UE haga en agricultura y, por el momento, parecería que no será satisfactoria, de modo que no tendría ningún sentido que el Mercosur ‘‘pague’’ su participación en un eventual acuerdo con una mayor protección de la propiedad intelectual», alertó Correa a esta publicación.
«Estados Unidos y la UE, piden siempre el Trips-Plus, o sea, eliminar licencias obligatorias, extender patentes de segundo uso, ampliar la protección de datos y poder patentar plantas y animales», señaló a Acción el brasileño Jorge Bermúdez, vicepresidente de la Fundación  FioCruz, profesor de la Universidad estadual de Río de Janeiro y también miembro del Panel de Alto Nivel sobre Acceso a los Medicamentos, convocado por el titular de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

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