21 de julio de 2025
Cerradas las listas para los comicios provinciales, la batalla será entre el armado peronista Fuerza Patria, que logró una trabajosa unidad, y La Libertad Avanza, con el PRO diluido en su sello.

Cabezas de lista. Magario y Katopodis encabezan la propuesta de Fuerza Patria en las secciones más populosas.
La jornada tuvo condimentos clásicos y otros que fueron excepcionales. El cierre de las listas de candidatos para las elecciones del próximo 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires cristalizó los movimientos tectónicos que venían sufriendo los dos grandes polos que ordenan la política argentina: el peronismo y el antiperonismo.
Se nominaron senadores y diputados locales, concejales y concejeros escolares por nueve alianzas distintas. Hubo heridos, zancadillas, amenazas de ruptura. Algunos cantaron falta envido con nada y otros se guardaron el ancho de espada.
Acuerdos sobre la hora
Los cierres del peronismo bonaerense suelen ser complejos. Siempre se tensa la cuerda hasta el último minuto. En esta ocasión fue extremo. A las 23:59 del sábado 19 de julio hubo un pedido de prórroga a la Justicia Electoral en un clima de incertidumbre. Hasta esa hora, el día había transcurrido en una guerra de rumores. Los habían impulsado intendentes alineados en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) liderado por el gobernador Axel Kicillof. Era difícil diseccionar cuánto había de verdad y cuánto de presión para negociar. El rumor era que varios jefes comunales iban a armar sus listas locales «cortas», es decir, no atadas a las nóminas de diputados y senadores provinciales de Fuerza Patria (FP).
El punto de fricción –denunciado de forma cruzada– era que no se estaban respetando los acuerdos. El pacto que se había alcanzado días antes era que los intendentes de las tres tribus, los axelistas, los camporistas y los massistas, iban a darles lugares en las listas de concejales de sus distritos a las otras «orgas», siempre que la otra tribu hiciera lo mismo. Un ejemplo: a Jorge Ferraresi La Cámpora le pedía lugares en la lista de Avellaneda. Ferraresi pedía a cambio que Mayra Mendoza hiciera lo mismo en Quilmes.
El peronismo tiene 84 intendentes de los 135 de la provincia. Es decir, es un universos muy amplio, difícil de ordenar. De hecho, aunque se logró salvar la unidad, el pacto de listas conjuntas no se respetó en muchas de las nóminas de concejales de los municipios.
Este terremoto en las intendencias escaló y puso en riesgo los acuerdos que habían alcanzado Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa para las nóminas de diputados y senadores provinciales. Las oficinas de la Casa de Gobierno en La Plata tuvieron un desfile de dirigentes incesante. A la medianoche del sábado, mientras la Justicia Electoral analizaba la prórroga, el instinto de supervivencia se impuso sobre el internismo y los acuerdos se reflotaron.
La resolución del conflicto tenía una exigencia novedosa que la hacía más compleja. En el estatuto fundacional de FP se acordó que las listas solo podían oficializarse si contaban con la firma de tres apoderados: uno de Kicillof, otro de Kirchner y otro de Massa. En los últimos cierres, por ejemplo, en 2023, ese poder, la famosa «lapicera» estuvo en manos de Máximo Kirchner.
Kicillof logró bastante de lo que esperaba. Las cabezas de lista en las dos secciones más importantes quedaron para dirigentes muy cercanos al gobernador. En la Tercera irá su vicegobernadora, Verónica Magario; y en la Primera su ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis. La Primera y la Tercera concentran el 70% del electorado bonaerense, con más de 10 millones de votantes.
En el resto de las secciones hubo compensación. En la Cuarta encabeza Diego Videla y en la Quinta Fernanda Raverta. Ambos son de La Cámpora. Debajo de los que lideran las listas en todas las secciones imperó un sistema de compensación donde se intercalan candidatos del MDF, del Frente Renovador y de La Cámpora.
Los dirigentes que participaron de la recta final de la negociación coincidieron en que fue un cierre atípico por los niveles de tensión. El barco estuvo a punto de naufragar en varios momentos.
El peronismo enfrenta el desafío de representar a millones de argentinos castigados por las políticas de Javier Milei en un contexto en que su principal figura, Cristina Fernández, está presa y proscripta. Una ruptura para definir cuotas de poder en este momento hubiera sido casi suicida. No ocurrió.

El Jefe manda. Montenegro, Santilli, Ritondo, Pareja y Menem con la armadora política de La Libertad Avanza, Karina Milei.
El jefe
En el otro campo de la política argentina, el antiperonismo, el cierre bonaerense consolidó el eventual fin del PRO. Hace algunos meses, Milei, con su verborragia violenta, decía que la elección bonaerense era la oportunidad de «ponerle el último clavo al cajón del kirchnerismo». Lo cierto es que hasta ahora el único ataúd que parece sellado es el del macrismo.
El partido fundado por Mauricio Macri hace más de 25 años se subsumió en La Alianza la Libertad Avanza. Eso no fue gratis. De los 13 intendentes del partido amarillo hubo cinco que no aceptaron el acuerdo cerrado por Cristian Ritondo y jugarán en otras filas. Ritondo, gran negociador, aceptó la imposición de Karina Milei de que en las listas de concejales de La Alianza debía tener el 75% de candidatos violetas. Esto pone a los intendentes amarillos a tiro de juicio político para ser destituidos por los mileístas.
De los cinco alcaldes que no aceptaron este acuerdo hay dos que se referencian en Jorge Macri. Son Pablo Petrecca, de Junín, y María José Gentile, de Púan. El «Macri black», como el propio jefe porteño se hace llamar, está en la mira telescópica de Milei desde que contrató al consultor español Antoni Gutiérrez Rubí para la última campaña porteña. Milei tiene un encono descontrolado con Pérez Rubí. Lo acusa de haber orquestado una campaña sucia en su contra cuando asesoró a Sergio Massa en 2023.
El cierre de listas de LLA mostró que una persona tiene la lapicera en la mano y la última palabra en el mileísmo. Es la hermana de presidente. Karina Milei marginó al PRO en las listas. Se sabía que iba a ocurrir. Sin embargo, premió a los amarillos que se pintaron de violeta y juraron lealtad a su hermano. Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, encabezará la lista en la Primera Sección, y el marplatense Guillermo Montenegro lo hará en la Quinta.
El otro sector castigado fueron las Fuerzas de Cielo, los tuiteros y dirigentes jóvenes que están bajo el ala del asesor presidencial Santiago Caputo. No les dieron nada. Una muestra fue el lugar que recibió el secretario de Culto, Nahuel Sotelo, diputado provincial con pedido de licencia y parte de los celestiales. Quedó quinto en la lista de la Tercera. La interna entre la hermana presidencial y el asesor viene creciendo desde hace meses. El cierre bonaerense fue un capítulo más y «el jefe» impuso su poder.
Por otros caminos
El otro frente de cierta relevancia es Somos Buenos Aires (SBA). Se aglutinaron ahí la UCR, la Coalición Cívica; peronistas díscolos como el intendente de Tigre Julio Zamora y exmacristas como el diputado Emilio Monzó. La figura central del armado es el radical Facundo Manes, que se guarda para la elección nacional de octubre.
El dato político más importante del cierre de este frente es que pactó con los intendentes del PRO que no aceptaron el acuerdo con LLA. Petrecca (Junín) y Gentile (9 de Julio) se sumaron a esta coalición y hay un entendimiento con los otros tres.
La presencia de referentes peronistas puede prestarse para que SBA muerda votos de ese campo político. Sin embargo, la predominancia de figuras de la UCR en las nóminas indica que la apuesta será al votante boina blanca. Es una identidad política que sigue teniendo fuerza en el interior provincial, aunque no arrastre mayorías. En el espacio autodefinido «de centro» aspiran sumar a los arrepentidos de Milei. Es un segmento del electorado que según las encuestas está creciendo.
Asimismo, además de desprendimientos libertarios que conformaron sellos propios por diferencias con Karina Milei, se presenta también la izquierda en tres espacios: el Frente Izquierda de los Trabajadores – Unidad, Política Obrera y la lista del Nuevo MAS.