Política

Apuesta conservadora

Tiempo de lectura: ...

Cuatro referentes de la oposición intentan articular sectores de centroderecha para las legislativas de este año y las presidenciales de 2015. Pragmatismo, contradicciones y un liderazgo ausente.

Ponele la firma. Lavagna, Moyano, De la Sota y De Narváez: un incipiente armado que aspira a sumar integrantes que coincidan en el rechazo al kirchnerismo. (Dyn)

L a fotografía los muestra reflexivos, a punto de firmar un documento que se supone trascendente. Queda claro que los protagonistas del encuentro, el gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota; el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna; el dirigente sindical Hugo Moyano; y el empresario y diputado nacional Francisco de Narváez, pretenden transmitir a partir de esa imagen  un mensaje unitario a los numerosos segmentos del peronismo conservador que durante años se enfrentaron duramente por la conducción de un barco siempre a la deriva, aunque nada garantiza que la publicitada concertación se prolongue en el tiempo, al fin y al cabo todos los acordantes pretenden ser «primus inter pares». Ya lo decía Juan Domingo Perón: «Cada uno de nuestros muchachos lleva el bastón de mariscal en la mochila».
Más allá de las formalidades y las intenciones alegadas, los firmantes del desvaído documento despliegan un juego propio. Moyano y De Narváez, por ejemplo, disputan espacios en el mismo territorio. El camionero, que acaba de presentar su agrupación política, el Partido de la Educación, la Cultura y el Trabajo, cuenta con incondicionales afiliados a su gremio para las labores proselitistas, pero el colorido empresario lleva la delantera en cuanto a estructura, gracias a su abultada billetera. Se estima que desde que inició su actividad pública lleva invertidos decenas de millones de pesos que no logró capitalizar adecuadamente debido a sus constantes vaivenes políticos. Fue promotor de la frustrada candidatura presidencial de Mauricio Macri en 2003, coqueteó luego con el duhaldismo, reconstituyó su alianza con el macrismo, dio el batacazo en las legislativas del 2009 al imponerse por dos puntos al kirchnerismo y se derrumbó en 2011 cuando se coaligó con el radicalismo. Hasta su nuevo asesor, el experto español Antonio Solís Roche, le reprocha tales inconsecuencias. Hoy se esfuerza por levantar el piso de 15 puntos que le asignan las encuestas más favorables, pero si algo no lo ayuda en ese intento son las resonancias de su labor legislativa. Durante el primer mandato como diputado sólo pidió la palabra cuatro veces, en dos de ellas para quejarse de las críticas de las que se sentía víctima. Desde 2006 a 2009 no habló en la Cámara, ni siquiera durante el debate sobre las retenciones agropecuarias. De los 190 proyectos que presentó, 121 fueron de resolución y 18 de declaración, entre ellos sobreabundan los que solicitan otorgar interés legislativo a ferias y exhibiciones en el territorio bonaerense.
Una muestra del carácter cambiante de este fanático de la astrología y la adivinación, es su voto negativo en ocasión del tratamiento en Diputados de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, después de haber hecho publicar el 28 de febrero de 2008 en su diario El Cronista una nota, de complicada sintaxis, en la que caracteriza con dureza al Grupo Clarín: «No le basta a Clarín con presionar al Gobierno para lograr que le apruebe el control casi absoluto del mercado de la TV por cable del país –ningún Estado civilizado lo aprobaría–, con dominar la comercialización del fútbol por TV (…) con lanzarse a la virtual destrucción de los diarios locales con la edición y distribución directa de Clarín vía satélite en las provincias. Por no hablar de la grosera competencia desleal a la que se somete a todos los medios gráficos que no pactan con Clarín por el dominio absoluto que ejerce ese grupo económico con el monopolio de la producción de papel para diarios (…) o la vocación por comprar la mayor cantidad de frecuencias de radios en el Interior sin utilizarlas, ponerlas a nombre de otras compañías para burlar las leyes que impiden a una misma empresa adueñarse de radios y cables en todo el país, y evitar así que surjan otras expresiones que no estén alineadas con sus intereses».
Más preocupante es la frase que le atribuye su biógrafo autorizado, Hernán Cappiello, autor del libro Colorado, la que habría sido pronunciada cuando debió explicar los despidos masivos en la cadena de tiendas que administraba por decisión familiar: «No tiene sentido pensar en forma justa. No hay justicia», precisó en aquella ocasión. Por el momento, De Narváez parece haber archivado sus ambiciones presidenciales y concentró sus energías en la candidatura a gobernador bonaerense para 2015. Dicen quienes lo conocen que fantasea con formar parte de una boleta que encabece como candidato a presidente Daniel Scioli, quien acaba de sacar de la galera una nueva agrupación, denominada «Descartes» –seudónimo que utilizaba Perón para sus artículos periodísticos–, liderada por su ministro de Trabajo, Oscar Cuartango, de cuyo lanzamiento participaron representantes de un centenar y medio de gremios provinciales.

Antecedentes cordobeses
Tampoco el gobernador De la Sota puede jactarse de su coherencia. Referente de la renovación peronista tras la reinstauración de la democracia, enfrentó al entonces presidente Carlos Menem durante un prolongado período de su primera gobernación, para luego armonizar intereses con el riojano y poner en marcha una ola de privatizaciones que incluyó a la empresa provincial de energía y el Banco de Córdoba, así como un paquete de concesiones de casinos, bingos y salas de juego con las que esperaba reunir 1.500 millones de dólares para pagar deuda e impulsar su «Plan del Nuevo Estado», una mixtura liberal populista con la que pretendía allanar su camino a la Casa Rosada. Se acercó a esa posibilidad en 2003 de la mano de Eduardo Duhalde, pero debió bajarse de la candidatura debido al escaso entusiasmo que ésta suscitaba en el electorado peronista, tal como lo reflejaban las encuestas. Revelaciones surgidas del cuarto juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en el campo de concentración La Perla, que culminó en marzo de este año, han contribuido a deteriorar aún más su imagen pública. Según lo manifestado por el fiscal federal Carlos Gonella en declaraciones periodísticas, la testigo Patricia Trigueros –compañera de tres víctimas de la represión– había contado en una de las audiencias que, entre los años 1973 y 1974 podía vérselo en la Universidad con un brazalete de una organización estudiantil de extrema derecha.

Macri. Criticó la reunión en Córdoba. (Télam)

En el mismo juicio, el abogado querellante Claudio Orosz, confirmó que De la Sota pertenecía a la lopezreguista Juventud Peronista de la República Argentina, que tuvo un rol destacado en el derrocamiento del gobierno de Ricardo Obregón Cano y Atilio López, y colaboró con el interventor federal, brigadier Horacio Lacabanne, un fascista confeso, quien en 2004 sostuvo que las Madres de Plaza de Mayo «deberían haber cuidado mejor a sus hijos».
En cuanto a Roberto Lavagna, es conocido su pragmatismo político. Como joven economista participó de la elaboración del Plan Gelbard, tuvo un papel algo más significativo en el diseño del Plan Austral, implementado por el alfonsinismo, fue funcionario de ese gobierno en el área económica. Designado ministro de Economía y Producción por Duhalde, se desempeñó en ese cargo hasta 2005, cuando el presidente Néstor Kirchner le solicitó la renuncia. En 2007 fue candidato a presidente por la Concertación por una Nación Avanzada, una coalición que integraban algunos disidentes peronistas, la Unión Cívica Radical y una treintena de partidos provinciales. Esta alianza obtuvo el 16,82% de los sufragios. Actualmente negocia una alianza con el Pro en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero su relación con Mauricio Macri es controvertida. Al jefe de Gobierno porteño no le hizo ninguna gracia la foto del encuentro cordobés y así lo dijo públicamente. Lavagna le contestó que a él tampoco le había gustado la foto de la represión en el Borda.
Si bien la ausencia de liderazgos claros dificulta la constitución de sociedades políticas estables en el espacio de centroderecha, hay grandes posibilidades de que Lavagna y Macri –cada vez más devaluado en relación con su candidatura presidencial para 2015– lleguen a un acuerdo que debería contar con la aquiescencia de Gabriela Michetti. En la provincia de Buenos Aires, y a pesar de que arrastran antiguos agravios, es factible que Macri y De Narváez marchen juntos hacia las legislativas de octubre.

Daniel Vilá

Estás leyendo:

Política

Apuesta conservadora