Política | DÍA NACIONAL POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA

Ayer, hoy y siempre

Tiempo de lectura: ...
Mirta Quiles

A 47 años del golpe cívico-militar, miles de argentinos y argentinas marcharon en Buenos Aires y todo el país y ratificaron su compromiso con la democracia. 

Plaza de Mayo. El epicentro del pronunciamiento popular de cada 24 de Marzo. 

Foto:Télam

Los pañuelos pendiendo en el aire en una esquina de avenida de Mayo, por sobre la cabeza de las miles de personas que marchan hacia la histórica Plaza de Mayo, acaso sea la figura más representativa de este 24 de Marzo, Día de la Memoria, Verdad y Justicia, a 47 años del inicio del último golpe cívico-militar que asoló al país. Fueron los pañuelos –y la lucha– de esas mujeres los que hoy hacen posible que en solo nueve meses, Argentina celebre 40 años de democracia, el período más prolongado en toda la vida institucional plena de Argentina.
La afluencia de miles y miles hacia la Plaza de Mayo, encolumnados en distintas fuerzas políticas, sociales y culturales, más los millares de «sueltos y sueltas» que se manifestaron por las calles porteñas y en plazas de todo el país, ilusionan en un contexto donde el negacionismo –silencioso pero siempre presente en pequeños estratos–, no solo del genocidio de la dictadura de 1976, sino también de derechos adquiridos, parece hoy intentar alzar su voz y ganar espacios. E incluso parece poner en jaque el consenso democrático que en la posdictadura se hizo carne y se sostuvo –crisis de 2001 mediante– durante estas cuatro décadas. Es en ese marco que este año las organizaciones de derechos humanos convocaron bajo la consigna «A 47 años del golpe genocida, Memoria, Verdad y Justicia para defender la democracia». Una democracia imperfecta, con más continuidades que rupturas, pero que, a pesar de sus características, el experimento genocida nos hace respetar y sostener luchando, exigiéndole más cada día, no permitiendo que derechos adquiridos sean arrasados y bregando por incorporar aún más, como lo señalaron las organizaciones en el documento consensuado que leyeron para cerrar la movilización.
Manifestaron además que no todos los sectores responsables fueron juzgados. «El Poder económico es el gran ausente de este proceso, y su impunidad la seguimos pagando como pueblo, porque nos siguen sometiendo a la miseria, buscando un enriquecimiento sin límites y sin importar los costos. Y juicio y castigo a todos los culpables también implica seguir denunciando a jueces de instrucción, de oralidad, de cámaras y Corte, porque con su lentitud extrema al servicio de los poderosos, siguen sosteniendo la impunidad. Así se explica -expresa el documento- que Blaquier, ícono de la responsabilidad empresarial en el genocidio, no haya llegado a ser juzgado hace más de una década. Tienen paralizado el Consejo de la Magistratura, faltan jueces y no se puede avanzar con los juicios políticos a los jueces denunciados».
El texto leído ante la multitud ratifica la inclaudicable lucha emprendida hace décadas. «Vamos a seguir cuidando esta democracia en la Argentina y en toda la Patria Grande, siempre, porque cuando lo hacemos estamos honrando la memoria de quienes lucharon por una patria libre, justa y solidaria; porque cuando lo hacemos reclamamos que se terminen las prácticas y discursos de odio y negacionismo, como llamar “curro” a la lucha por Memoria, Verdad y Justicia; porque ya salimos del silencio y no vamos a volver Nunca Más; porque como pueblo nos hemos ganado el derecho a tener un Poder Judicial al que podamos llamar Justicia y que no sea una sucursal de las corporaciones, funcionando como el brazo judicial de la persecución; porque queremos un pueblo feliz y para eso tiene que haber pan y trabajo».
Esa lucha continúa, pero siempre con alegría, como enseñaron Madres y Abuelas. Y ese precepto se hizo carne. Junto a las pancartas con fotos añosas de jóvenes de ayer, políticas o de reclamos de derechos, emocionó ver el paso de columnas integradas en su mayoría por adolescentes o jóvenes, «batiendo» redoblantes, haciendo sonar tubas a todo pulmón o llevando adelante, sobre el asfalto, performances artísticas de todos los rubros. Porque más allá de la fecha, lo que cada 24 de Marzo rubrica es que el tan ansiado trasvasamiento generacional de Memoria, Verdad y Justicia es una realidad. Los miles de adolescentes, jóvenes, parejas con sus hijos e hijas pequeñas que recorrieron las calles hacia la Plaza, así lo confirman.
Este es el primer 24 de Marzo sin Hebe Pastor de Bonafini en la Plaza de Mayo junto a las Madres y los miles de movilizados, tras su fallecimiento en noviembre pasado. Sin embargo, esa mujer, como todas aquellas «amas de casa» que salieron a la calle, primero a reclamar por sus propios hijos, y luego permanecieron pidiendo por todos nosotros, siempre estarán en la emblemática plaza que le dio visibilidad a su lucha. Una lucha que dio origen a distintas consignas que signaron, en varios aspectos, el destino, primero de la dictadura cívico-militar y luego, del país. Acaso esta sea la que mayor vigencia guarda hoy en día: «Ahora, ahora, resulta indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables». De ayer, de hoy y de siempre. 

Presentes. Carlos Heller y Juan Carlos Junio encabezaron la columna del Partido Solidario. 

Foto: Guido Piotrkowski

Estás leyendo:

Política DÍA NACIONAL POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA

Ayer, hoy y siempre

Dejar un comentario

Tenés que estar identificado para dejar un comentario.