23 de marzo de 2025
Milei arrastra dificultades para retomar el manejo de la agenda. Entre el alivio circunstancial por la aprobación del DNU y los crecientes desafíos de la economía, las disputas internas y las movilizaciones.

Festejo en X. Caputo y los Milei celebraron la carta blanca del Congreso para endeudarse con el FMI.
Foto: @LuisCaputoAR
El Gobierno de Javier Milei, que durante su primer año fue muy eficaz en el control de la agenda pública, arrastra en los últimos meses una seguidilla de errores no forzados que le dificultan sostener su iniciativa. El malestar tuvo su punto crítico con la promoción de la cripto $Libra, un escándalo que dejó expuesto al presidente y lo llevó a recurrir a distintas «bombas de humo», que no prendieron como esperaba.
El Congreso volvió a darle un respiro en la última semana, aunque los mayores desafíos para la gestión libertaria acaso no se reflejen adentro del recinto, sino en una calle que parece haber despertado del letargo.
Milei celebró el último miércoles la aprobación en Diputados del DNU que lo habilita a endeudarse con el FMI. Mientras los funcionarios del equipo económico aceleran los preparativos para cerrar un acuerdo del que no se conocen detalles, el presidente demostró, una vez más, que a pesar de tener un bloque minoritario puede lograr que sus proyectos tengan luz verde en la Cámara Baja.
No fue el único motivo de alivio: la marcha en defensa de los jubilados esta vez transcurrió sin incidentes mayores, en un clima político espeso, con las advertencias explícitas de Patricia Bullrich de «reprimir todo atentado contra la República». Amenazas que reflejan más debilidad que fortaleza.

Pusieron fecha. La CGT anunció un paro general para el 10 de abril con movilización el día previo acompañando a los jubilados.
Foto: Captura de Pantalla
Punto de inflexión
El Gobierno, pese a salir bien parado del último «supermiércoles», debería tomar nota: esta vez, más que camisetas de fútbol, se vieron pecheras de agrupaciones políticas, sindicatos y movimientos sociales cercanos al peronismo. Insignias que en la Rosada celebran por poder señalar a la «casta», pero que en realidad dan cuenta de una oposición que busca organizarse en un año electoral. La decisión de ocupar las calles y el despertar de la CGT –que se movilizará el 9 de abril y realizará un paro nacional al día siguiente, el tercero desde la asunción de Milei– son indicios de un cambio de postura en sectores que fueron conciliadores con la Rosada o estuvieron enfrascados en sus propias discusiones de poder.
En un contexto convulsionado, con los mercados inquietos, la aprobación del DNU le trajo a Milei cierta tranquilidad en el plano económico. Sin embargo, los problemas políticos persisten. La imagen del presidente atraviesa una caída profunda según la gran mayoría de las encuestas. Algunas voces del Gobierno señalan que el punto de inflexión fue el Foro Económico de Davos, donde el presidente argentino abandonó su enfoque económico para hacer un descargo contra la «agenda woke» y relacionó a los homosexuales con la pedofilia. Otros consideran que ese discurso no hizo verdadera mella en su imagen; la debacle real empezó con el escándalo cripto, que salpicó a la cúpula del poder.
Milei venía de atravesar unos días de mucha tensión al interior del Gobierno. El 30 de enero, Karina Milei echó a Ramiro Marra de La Libertad Avanza (LLA), un espacio que el legislador porteño había ayudado a fundar. En ese momento, blanqueó que su hermana era la verdadera dueña de la guillotina. Sin embargo, el 14 de febrero, cuando promocionó $Libra, la hermana no encontró ningún culpable inmediato al que hacerle pagar el costo político. Intentaron arreglar la situación con una fallida entrevista en TN, en la que se filtró la intervención del asesor Santiago Caputo. Las explicaciones del presidente sobre el escándalo cripto fueron escasas y difusas; podrían resumirse en una frase: «Yo de criptomonedas no sé nada». La dijo para excusarse, pese a haber estado durante años dando charlas sobre el tema.
Tampoco hubo explicaciones oficiales sobre el rol de Karina Milei, ama de llaves de la Rosada, quien habilitó el ingreso de personajes lúmpenes del mundo cripto como los supuestos «traders» Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy, nexos de Milei con Hayden Davis y Julian Peh, los hombres detrás de la estafa. La investigación avanza en la Justicia y la oposición busca mantener el tema vivo en el Congreso. Hasta ahora, el Gobierno no logró aplacarlo. El 1 de marzo, en la apertura de sesiones ordinarias, Milei ensayó un discurso que quedó opacado por el apriete de Santiago Caputo al diputado radical Facundo Manes.
Entre manotazos para desviar los ojos de la novela de la estafa, el Gobierno abrió distintos frentes a través de su mecanismo habitual de la provocación, pero sus propuestas no prendieron como antes. Entre ellas hubo un video por el Día Internacional de la Mujer cargado de datos falsos en el que se habló de una caída de un 20% de los «homicidios de mujeres» (para evitar la palabra femicidios) en 2024. También apeló al señalamiento de nuevos «enemigos»: habló contra los «operadores de la deva», un grupo en el que incluyó al periodista Carlos Pagni por su supuesta cercanía a Paolo Rocca, adjudicando a Techint las presiones centrales para que haya una devaluación; también lanzó su pelea contra el «monopolio» del Grupo Clarín.
La caída de la imagen presidencial no presenta, al menos hasta ahora, un correlato en la intención de voto. En el Gobierno se empeñan en difundir las encuestas que lo dejan mejor parado, pero generó ruido la medición de la encuestadora brasileña Atlas, una de las pocas que anticipó con precisión el triunfo del libertario en el balotaje de 2023, que ahora marca un descenso en su imagen positiva de 55 a 45 en el mes de febrero, una fecha que coincide con el escándalo de $Libra.
Calma provisoria
En un año electoral, los hermanos Milei tienen como objetivo robustecer el armado libertario en todo el país, una estrategia que les traerá nuevas fricciones con el PRO, principalmente en la Ciudad de Buenos Aires, donde no pudieron avanzar en un acuerdo electoral entre ambas fuerzas. Cada vez más lejos de Mauricio Macri, el presidente deberá preservar a sus aliados en el Congreso, donde también debe lidiar con una interna a cielo abierto en su propio bloque. Sus diputados son protagonistas frecuentes de escándalos, insultos y discusiones que rozan la violencia física. ¿Ingenieros del caos o interna descontrolada? Hasta ahora, el Gobierno pareció fortalecerse en su circo de peleas y confusión, que desvía el foco de los debates importantes. Los ayudó también la atomización opositora, aunque las movilizaciones en la calle generaron nerviosismo y fueron catalogadas como «intentos de desestabilización». El anuncio de un paro de la CGT y los intentos –por ahora fallidos– del peronismo por llegar a un acuerdo en la provincia de Buenos Aires podrían ponerle fin a la calma, provisoria, que alcanzó Milei en los últimos días.