Política

Camino a octubre

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De cara a la recta final de la campaña electoral, el oficialismo y las distintas alianzas opositoras orientan la búsqueda de votos que definirán la relación de fuerzas en el Congreso Nacional.

 

Si algún inadvertido pudo llegar a suponer que el recorrido hacia las elecciones legislativas del próximo 27 de octubre se convertiría en una despejada autopista, la realidad se encargó de demostrar que, por el contrario, los contendientes deberán transitar por un sendero incierto y ripioso que requiere capacidad de conducción, buenos frenos y un GPS actualizado.
En efecto, los triunfadores de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en los principales distritos pertenecen a fuerzas distintas y en muchos casos antagónicas, su éxito local no puede trasplantarse al orden nacional y la heterogeneidad ideológica que se trasuntó en un discurso generalizador que les permitió sumar voluntades en diferentes segmentos sociales puede transformarse en el factor que les complique el panorama a la hora de la verdad. Basta con señalar que a pocas horas del cierre de las primarias comenzaron a manifestarse las contradicciones entre los candidatos de un mismo espacio.
Así, por ejemplo, el intendente de Tigre y conductor del Frente Renovador (FR), Sergio Massa, cabeza de la lista ganadora en la provincia de Buenos Aires, negó la incidencia del controvertido sindicalista Luis Barrionuevo en la gestión de su fuerza que pretende representar la «nueva política». Sin embargo, su esposa, la diputada Graciela Camaño, tuvo a su cargo la coordinación de los fiscales del FR en todo el Gran Buenos Aires y en las listas de concejales de la primera sección electoral, que comprende los distritos de la zona norte y oeste del Conurbano –especialmente en Ituzaingó, Merlo, Moreno, Morón, Pilar, San Fernando, Tres de Febrero y Vicente López– los hombres del eterno mandamás gastronómico ocupan lugares expectantes.
El massismo, que esperaba un aluvión de incorporaciones de intendentes y funcionarios del Frente para la Victoria (FPV) que nunca se produjo, está centrando sus esfuerzos en seducir a los votantes de Francisco de Narváez, circunstancia que, de producirse, le permitiría ensanchar la brecha que lo separa del FPV. No parece una tarea demasiado difícil, habida cuenta de que el empresario había confiado demasiado en el caudal que en las PASO podría aportarle Hugo Moyano, el cual resultó ser menos que magro, y debió soportar que el líder camionero haya sugerido en declaraciones públicas que está dispuesto a considerar su pase al FR luego del 27 de octubre, con lo cual la fuerza del empresario quedaría reducida a la mínima expresión.
En cuanto al candidato moyanista en la boleta de De Narváez, el canillita Omar Plaini –quien ratificó su adhesión al frente por el cual se postula–, sus posibilidades de lograr la reelección como legislador son problemáticas. Para peor, las cosas se le están complicando en su propio gremio. Ex miembros de la comisión directiva de los canillitas que disienten con su actual posicionamiento han conformado la agrupación 7 de noviembre que participará de las elecciones del próximo 30 de setiembre, para evitar un tercer mandato de Plaini.

 

Candidato despistado
Pero las tribulaciones de De Narváez no sólo están originadas en la premura de muchos de sus socios por abandonar el barco. Sus propias limitaciones políticas le han jugado una mala pasada. Tras la aprobación del incremento del mínimo no imponible para el Impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría, que afecta a los asalariados, propuso  que el monto fuera actualizado dos veces por año y enfatizó que lo mismo debería ocurrir con las jubilaciones. No tuvo en cuenta, claro, que el 3 de setiembre de 2008 la Cámara de Diputados sancionó la ley de Movilidad Jubilatoria que en uno de sus párrafos establece: «El ajuste de haberes se hará semestralmente». Lo curioso es que esa fue una de las pocas sesiones a las que asistió y, por añadidura, votó en contra de la medida.
Así las cosas, la posición de Massa podría fortalecerse en el plano distrital, pero lejos está todavía de constituirse en el abanderado de la oposición al kirchnerismo en las presidenciales de 2015, a pesar del ostensible apoyo que le brinda el grupo Clarín con su vasto poder informativo. Quienes podrían servirle de apoyatura, como el gobernador cordobés José Manuel De la Sota o el ex mandatario chubutense Mario Das Neves, no han desistido de sus propios proyectos, mientras que los pocos caudillos del justicialismo conservador que tuvieron un discreto desempeño en las PASO adolecen de un viejo síndrome: el rechazo a todo postulante porteño o bonaerense en quienes ven la encarnación del unitarismo portuario.
Por otra parte, no puede computarse como una experiencia destacable haber  gobernado un territorio pequeño, con un alto desarrollo turístico que además recibe generosas partidas para la construcción de obra pública, para tomar las riendas de un país que acaba de salir de una de sus crisis más profundas, con bolsones de pobreza que no han sido aún extirpados y la tercera parte de la fuerza laboral en condiciones de informalidad. Mucho menos si el proyecto, oculto pero cada vez más evidente, parece consistir en restaurar la omnipotencia del libremercadismo mediante la devaluación de la moneda, la baja de los salarios, el endeudamiento externo, la apertura indiscriminada de las importaciones, la reprimarización de la economía y la subordinación a las potencias hegemónicas.
Por su parte, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, no se resigna a renunciar a sus ambiciones presidenciales a pesar de los duros golpes recibidos que lo alejan de la utopía del «neoliberalismo del siglo XXI» que alguna vez pretendió enunciar. En esta oportunidad no supo escuchar a su asesor, Jaime Durán Barba, que le aconsejó no concertar alianza alguna con Massa, su oponente más serio en una potencial candidatura presidencial de un espacio orientado hacia la derecha. Es cierto que en el apuro por lograr algunos lugares en las listas del FR bonaerense para no quedar totalmente fuera de juego tuvieron mucho que ver su primo Jorge, Gustavo Posse y Jesús Cariglino, jefes comunales de Vicente López, San Isidro y Malvinas Argentinas respectivamente, que ya estaban negociando por su cuenta. De allí que haya resuelto tomar el toro por las astas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y abocarse personalmente a la confección de las listas de candidatos a legisladores porteños, prescindiendo de la tradicional colaboración de su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta. Sorprendió a propios y extraños que la boleta fuera encabezada por el filósofo Iván Petrella, de la fundación Pensar, prácticamente un desconocido para los electores porteños. La perspectiva de que se confirme la victoria obtenida por la alianza UNEN en las PASO –que Macri intentó negar a través de innúmeros artilugios– lo tiene obsesionado. Pero más preocupado está por la fragilidad que exhibe su frente interno y las dificultades que encuentra para concretar un armado nacional que le dé sustento a su proyección hacia 2015.

Mesa de diálogo. De Vido, Tomada, Zannini, Korenfeld, Echegaray, Bossio y Méndez. (Télam)

 

Cálculos y proyecciones
Al éxodo de tres legisladores provinciales bonaerenses que emigraron al massismo se suman las sospechas de que detrás del episodio está la mano del actual presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, que parecería estar jugando a dos puntas. No son pocos los dirigentes del Pro que ya lo incluyen en la nómina del massismo. En el mismo sentido distan de  ser irrelevantes los choques cada vez más frecuentes entre Gabriela Michetti, María Eugenia Vidal y  Diego Santilli, quien tampoco mira con malos ojos el armado de Massa, de quien es amigo personal.
El kirchnerismo, en tanto, parece haber tomado nota del resultado del 11 de agosto. Si bien sigue siendo la primera fuerza a nivel nacional, ya que mantiene presencia unificada en todas las provincias, cedió el liderazgo en el principal distrito electoral del país –Buenos Aires– y fue derrotado en las otras jurisdicciones que reúnen más votos como Córdoba, Santa Fe, Mendoza y la ciudad de Buenos Aires. De ahí que se verifiquen algunos cambios en el discurso de los candidatos kirchneristas y se hayan tomado medidas de gobierno concretas que salen al cruce de lo que se entiende como motivaciones de un voto que favoreció a distintas coaliciones opositoras.
Entre las decisiones gubernamentales de las últimas semanas sobresalen el aumento del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, la iniciativa legislativa de establecer un gravamen a la renta financiera y la convocatoria a mesas de diálogo con sectores de la producción y el trabajo. En una de ellas, se trabaja en el combate al trabajo en negro, que afecta según índices oficiales a cerca de un tercio del total de los trabajadores.
La inseguridad fue, para muchos analistas, uno de los factores que incidió con fuerza en la orientación del voto, especialmente en el Conurbano bonaerense. En ese contexto el Gobierno nacional anunció el envío de 4.000 gendarmes a esa región, en un acto encabezado por el ministro de Seguridad, Arturo Puricelli, acompañado por el gobernador Daniel Scioli –quien designó al intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, al frente del Ministerio de Seguridad de la provincia– y el primer candidato a diputado, Martín Insaurralde. Justamente, el intendente de Lomas de Zamora fue quien mencionó la posibilidad de bajar la edad de imputabilidad. «Hay que impulsar el debate en la Cámara de Diputados para ver qué hacer con los jóvenes de 14 a 18 años. El Estado debe hacerse cargo de los menores que delinquen, por eso vamos a impulsar un Régimen Penal Juvenil que hoy no existe en la Argentina. La seguridad es parte de la agenda de este gobierno», afirmó Insaurralde. Si bien está por verse el efecto real de estas declaraciones, son señales contradictorias con aspectos fundamentales de las políticas seguidas en los últimos años en materia de seguridad y prevención del delito.
Lo cierto es que nadie arriesga predicciones inexorables. Si bien los analistas más caracterizados sostienen que es improbable que exista una marcada diferencia entre los guarismos registrados en las PASO y los que se verificarán el 27 de octubre en los principales distritos del país, señalan también que nada indica que las cifras se vayan a repetir automáticamente ya que existen innumerables factores que pueden alterarlas, sobre todo en provincias o poblaciones pequeñas. No es este un dato menor ya que estas diferencias pueden significar más o menos bancas para cada fuerza y, por lo tanto, incidirían en la posibilidad para el oficialismo de contar o no con quórum propio en las cámaras, una circunstancia que, considerando experiencias recientes, preocupa seriamente al kirchnerismo.

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