5 de diciembre de 2025
En medio del fuego cruzado de la interna entre Karina Milei y Santiago Caputo, Sergio Neiffert fue desplazado de la conducción del organismo. La trama detrás del reemplazo y los intereses en juego.

Nuevo participante. El exsecretario, Sergio Neiffert (izq.), fue removido a favor de Cristian Auguadra (der.), contador de la familia Caputo.
Foto: NA – Redes Sociales
En menos de dos años en la Casa Rosada, Javier Milei va por el tercer jefe de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE). Sergio Neiffert se fue como llegó: por designio de Santiago Caputo, el asesor presidencial que se resiste a perder sus cuotas de poder en una pulseada permanente con Karina Milei, secretaria general de la Presidencia. El ascenso de Cristian Auguadra, contador de la familia Caputo, obedece a un importante –y posiblemente único– atributo: su lealtad al consejero del presidente.
Desde el 26 de octubre, hay una nueva distribución del poder dentro del Gobierno. Karina Milei y los primos Eduardo «Lule» y Martín Menem se sienten victoriosos por los resultados que amasó La Libertad Avanza (LLA) en los comicios y pretenden pasarle factura a su rival interno: Santiago Caputo. Sin embargo, la avanzada de los libertarios terrenales debió frenar ante el edificio de la calle 25 de Mayo: la SIDE seguirá bajo la órbita (informal) del asesor monotributista.
Caputo plantó bandera en «La Casa» hace un año y medio, cuando logró que Neiffert fuera designado interventor de la entonces Agencia Federal de Inteligencia (AFI). En ese momento, acababa de ser eyectado Silvestre Sívori, que había llegado al cargo de la mano del primer jefe de Gabinete de Milei, Nicolás Posse.
Durante la gestión de Neiffert, el Gobierno decidió, a través de un decreto, que la AFI desapareciera y que reapareciera, desde las tinieblas, la SIDE. Neiffert tiene otros hitos: cosechó denuncias por espionaje ilegal que no fueron investigadas (al menos por ahora) por los tribunales federales, y envió el primer Plan de Inteligencia Nacional (PIN), que fue rechazado por el Congreso por su falta de apego a las normas. En su mandato, la SIDE perdió influencia ante Patricia Bullrich, que fue fortaleciendo las áreas de inteligencia a su cargo.
«Creo que había una cuestión personal: Neiffert no estaba preparado para el cargo», sostiene, con cierta benevolencia, un integrante de la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia (CBI).
La SIDE está loteada entre distintos sectores que coexisten y conspiran unos contra otros. Formalmente, la Secretaría tiene cuatro órganos desconcentrados: el Servicio de Inteligencia Argentino (SIA, a cargo de Alejandro Colombo), la Agencia de Seguridad Nacional (ASN, al mando de Alejandro Cecati), la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC, que comanda Ariel Waissbein) y la División Asuntos Internos (DAI, que hasta el lunes fue conducida por Auguadra). Hay otros personajes relevantes que orbitan en la SIDE. Uno de ellos es Diego Kravetz, que tiene una coordinación operativa. El otro es un abogado, José Francisco Lago Rodríguez, subsecretario administrativo y virtual número dos del organismo.
Espías fórmula 1
En septiembre, Lago Rodríguez y Colombo viajaron a un foro de seguridad en Bakú al que nunca antes habían ido funcionarios de la SIDE. Según Euronews, en el evento se discutió sobre terrorismo, un tópico de interés para Colombo, pero difícilmente vinculable al trabajo de Lago Rodríguez. El foro –que se extendió entre el 19 y el 21 de septiembre– tenía un atractivo especial: cerraba con una invitación a asistir al Gran Premio de Azerbaiyán de Fórmula Uno. Eso implicaba la posibilidad de ver en acción al piloto argentino Franco Colapinto.
A Colapinto no le fue bien en Azerbaiyán: quedó en el puesto 19; pero los jerarcas de la SIDE deben haber quedado contentos. Seguramente pasó lo mismo con un asesor junior que viajó con ellos: el hijo de Auguadra.
A partir de una publicación de Sección País, estalló un escándalo por la escapada de Colombo y Lago Rodríguez, que obligó a que se abriera una investigación interna por parte de la DAI –una maniobra que buscaba ser un manto protector por si llegaba una denuncia a los tribunales de Comodoro Py–. Dentro de la SIDE circula la información de que el viaje costó más de 50.000 dólares, una cifra escandalosa para una gestión que recorta a jubilados, personas con discapacidad y universidades públicas.
Los ruidos internos se amplificaron el mes pasado. Neiffert quería quedarse y, para ello, consideró que lo mejor que podía hacer era acercarse a Karina Milei. La deslealtad provocó la ira de Santiago Caputo, que envió a un grupo de sus hombres a pedirle la renuncia, como revelaron Pedro Lacour y Alejandro Rebossio en ElDiarioAr.
El ultimátum fue recibido por Neiffert en su casa de Martínez. El encargado de transmitirlo fue Lago Rodríguez, pero las versiones indican que también estaba Auguadra. El episodio terminó con Neiffert echando, en paños menores, a sus visitantes, mientras desde la casa les dedicaban insultos varios.
La caída de Neiffert era un hecho; lo importante era quién lo reemplazaría y cuándo. La respuesta se conoció en la noche del martes a través de un comunicado de la Vocería Presidencial. No hubo ni una palabra de agradecimiento para el funcionario que horas antes había estado en la Casa Rosada participando de la jura de la nueva ministra de Seguridad, Alejandra Monteoliva.
En el Gobierno buscaron matizar la salida ruinosa de Neiffert con la explicación de que había terminado una etapa de ordenamiento interno y se iniciaba otra de expansión. Los cambios se sucedieron en simultáneo con una ampliación de las partidas para la SIDE de 26.000 millones de pesos. Mientras tanto, circula la versión de que podría hacerse una nueva reforma del área de inteligencia. «Hay un proyecto», dijo una fuente consultada.
En la SIDE empezó una purga interna para sacar empleados cercanos a Neiffert. Auguadra, ni lerdo ni perezoso, ya se ocupó de designar a su reemplazante en la DAI. El elegido es Diego Enrique Valdiviezo, contador de 48 años.
Auguadra y Valdiviezo son socios. En 2012, conformaron una sociedad llamada West SRL, dedicada al transporte de pasajeros. El tercer socio es Ángel Stafforini, exvicepresidente del Belgrano Cargas y contador de José Pedraza, el fallecido líder de la Unión Ferroviaria.
Stafforini está siendo juzgado en este momento ante el Tribunal Oral Federal (TOF) 8. Es uno de los acusados de haber recaudado 50.000 dólares para coimear a funcionarios de la Cámara Federal de Casación Penal para alterar el sorteo que designaría qué sala de ese tribunal debía intervenir en la causa por el asesinato del militante del Partido Obrero (PO) Mariano Ferreyra. La estrategia implicaba que el expediente quedara radicado en la Sala III, donde se aseguraría que el procesamiento de Pedraza fuera volteado.
El nuevo jefe de la SIDE tiene conocidos que saben cómo moldear voluntades en los tribunales, algo consistente con las viejas prácticas de los servicios de inteligencia.
