Política | Comicios en Córdoba y Formosa

Doble impacto

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Jorge Vilas

Los triunfos de Llaryora e Insfrán ratifican la tendencia de lógicas locales dominantes en las elecciones provinciales. Sendas derrotas de Juntos por el Cambio.

Nuevo gobernador. Martín Llaryora y su compañera de fórmula, Myrian Prunotto, celebran la victoria de Hacemos Unidos por Córdoba.

Foto: NA

El análisis de los resultados de comicios locales en un año que incluye elecciones presidenciales no puede eludir el impacto nacional que cada resultado puede provocar. En el caso de las provincias que definieron ayer su decisión en materia de gobernador y legisladores, se impone en primer término tener en cuenta su peso específico en el padrón nacional. En ese sentido, sobresale Córdoba, con casi tres millones de personas habilitadas para el voto, mientras en Formosa menos de medio millón de personas integran el padrón electoral.
Con todo, la provincia norteña muestra como característica principal la vigencia de un liderazgo contundente, el del gobernador Gildo Insfrán, que ratifica por octava vez su consenso entre los y las formoseñas, con diferencias abrumadoras sobre la oposición que, dado que se veía derrotada de antemano en lo electoral, acudió a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En esta oportunidad, el máximo tribunal se abstuvo de entrometerse en el proceso electoral. Quizás la experiencia tucumana, donde tras el fallo que excluyó a Juan Manzur de la grilla se registró un contundente triunfo del oficialismo y la mayor participación electoral de los comicios celebrados hasta el momento, haya influido en los cortesanos para no interferir en la decisión de los ciudadanos y ciudadanas de Formosa. 

Movida fallida que dejó huellas
La principal alianza opositora a nivel nacional, Juntos por el Cambio (JxC), aupada por los medios de comunicación dominantes, instaló la posibilidad de cambiar largos ciclos de hegemonía política: el «cordobesismo», inaugurado por el fallecido José Manuel de la Sota y continuado por el gobernador Juan Schiaretti, y el dominio de Insfrán. Nada de eso ocurrió. En Córdoba, Schiaretti desarticuló la campaña del senador Luis Juez, quien falló en su tercer intento por llegar al Panal (casa de Gobierno cordobesa), cuando hizo público su acuerdo con el jefe de Gobierno porteño y precandidato presidencial, Horacio Rodríguez Larreta, para integrarse a JxC en el orden nacional. Del estrépito interno que motivó esa jugada –que finalmente no se concretó– surgió un debilitamiento de la campaña de Luis Juez, que debía explicar a los y las cordobesas los defectos de la gestión de Schiaretti, al mismo tiempo que debía responder sobre la sintonía de este con uno de los referentes más fuertes de la alianza que integra. Schiaretti logró, en definitiva, que Martín Llaryora, al frente de Hacemos Unidos por Córdoba, sea elegido como su sucesor al frente de la provincia por apenas tres puntos de diferencia, mientras avanza en su postulación a la presidencia, secundado por el bonaerense Florencio Randazzo. Sus expectativas nacionales no parecen relevantes, pero conserva la aspiración de una eventual integración a la alianza de derecha si el jefe de Gobierno porteño se impone en las PASO. Será una operación complicada teniendo en cuenta que la victoria fue más ajustada que lo esperado y que persisten fuertes tensiones internas en la alianza. Juez, quien no admitió aún su derrota y dijo que aguardará el escrutinio definitivo, se despachó contra el gobernador: «Hace 16 años Schiaretti entró por la claraboya del baño. Pudo irse por la puerta grande, pero se va por la claraboya», expresó, con Patricia Bullrich a su lado.
Juez fue apoyado por todas las figuras de relevancia de JxC, incluso por el expresidente Macri, quien participó activamente de la campaña, dejando de lado las descalificantes opiniones que años antes el propio Juez había expresado sobre su rol en la política argentina. Vale aclarar que el senador cordobés recorrió buena parte del arco político argentino a lo largo de su sinuosa trayectoria.
Lo cierto es que, pese a las similitudes entre los programas propuestos por Llaryora y Juez, el electorado se inclinó por lo conocido en materia de gestión local. La derrota de Juez tendrá consecuencias en la puja nacional de la alianza opositora. Se acumulan las facturas que cada sector le pasa al adversario en un distrito al que consideran propio, pero en el que suman derrotas en cada comicio provincial. El cierre de listas de JxC en Córdoba dejó un tendal de heridos, entre ellos, el diputado Mario Negri, actual conductor del bloque opositor en la cámara, quien quedó afuera de las nóminas de candidatos.
Vale también la mención al retroceso del kirchnerismo en un distrito absolutamente hostil a sus ideas y gestiones de gobierno.

Invencible
En tanto, en el norte del país, Gildo Insfrán, secundado por Eber Solís como vicegobernador, se impuso por un amplísimo margen –50 puntos porcentuales por encima del segundo– y comenzará su octavo mandato consecutivo al frente de Formosa. A diferencia de la mayoría de distritos donde se celebraron comicios este año, la participación de la población fue muy alta, cercana al 80%. «Seguiré hasta que el pueblo diga. Soy militante de una causa y me debo al pueblo», expresó el gobernador en el momento de votar y luego, confirmado su rotunda victoria, agregó: «La unidad nos hace invencibles».
Párrafo aparte merece el desempeño del supuesto «cuco» electoral que anticipan algunas encuestas: La Libertad Avanza, el armado de Javier Milei que, ocurra lo que ocurra con su resultado electoral este año, sin dudas logró influir en la agenda política impulsando un corrimiento hacia la derecha de los temas en discusión. Una de las expresiones de este fenómeno es la puja interna de JxC, donde parece abierto el juego de quién promueve el ajuste más brutal y es más autoritario y represor para ganar votos.
Ante las elecciones en Córdoba y Formosa, donde hubo candidatos que se reconocían como seguidores de Milei, su agrupación se despegó del destino de ellos mediante un comunicado en el que expresaba que «aun no teniendo candidatos oficiales en ninguna de las elecciones provinciales del día de hoy le deseamos suerte a todos aquellos que estén compitiendo defendiendo las ideas de la libertad». Milei, intentando justificar la desarticulada estrategia electoral que viene desarrollando, manifestó en una entrevista que «cuando Macri llegó a ser presidente en 2015, en las 11 elecciones previas perdió en todas». Esperanza de un ultraderechista que arma y desarma en las provincias abandonando a seguidores que él mismo prohijó y alentó.

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