Política

El nuevo escenario

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Las elecciones permiten constatar el humor y las preferencias de la ciudadanía. Sus resultados muestran las tendencias ideológicas y políticas de la población, constituyen tan solo un fotograma de una película, aunque pueden persistir por un tiempo, hasta que el péndulo de la historia –como sostienen algunos analistas– vuelva a su posición anterior.
Sin entrar en el análisis pormenorizado de los resultados, lo cierto es que «el macrismo gana peso institucional, se revalida, es el mejor colocado en la larga carrera hacia las presidenciales de 2019. La victoria, en democracia, da derechos… pero no convalida las violaciones a las leyes o a la Constitución», tal como lo señaló el periodista Mario Wainfeld en Página/12, el día después de la contienda electoral.
A partir de esta afirmación, basada en el contundente triunfo de la alianza Cambiemos, consideramos necesario formular una serie de interrogantes para una mejor comprensión de este acontecimiento.
Las elecciones de medio tiempo son una oportunidad para que los electores le señalen al gobierno si transita por el rumbo correcto o debe rectificar su marcha. En este caso, los votantes han tenido la oportunidad de constatar los resultados de la gestión gubernamental desde que accedió al poder en 2015. Y como indican los datos irrefutables de la macroeconomía –y también los principales indicadores sociales–, en este primer tramo, persistió la inflación, se redujo el poder adquisitivo de los salarios, se produjeron numerosos despidos en el sector público y también en el privado, creció exponencialmente el endeudamiento externo, cerraron numerosas pymes como consecuencia de las importaciones que compiten con la producción nacional y por el achicamiento del mercado interno. En ese mismo lapso, se produjo la detención de Milagro Sala y la muerte, aún no esclarecida, de Santiago Maldonado, entre otros hechos. Sin embargo, Cambiemos triunfó y no solo con el voto de los sectores beneficiados por sus políticas. Entonces cabe preguntarse: ¿cómo opera la realidad en el sentimiento y la conciencia de la gente?
Según estudios sociológicos, frente a la incertidumbre sobre el futuro y ante situaciones que generan temor (algo que el neoliberalismo sabe utilizar muy bien), prevalece el individualismo y el sálvese quien pueda, en lugar de la solidaridad. El mensaje que predican los comunicadores del PRO apunta precisamente a ese costado de la idiosincrasia humana: «Tú puedes».
Y no puede soslayarse para comprender el nuevo escenario la articulación entre los medios de comunicación dominantes, un sector clave del Poder Judicial y los grandes grupos económicos representados por el elenco gubernamental, cuya acción sistemática ha gravitado para producir el giro a la derecha de un amplio sector de la sociedad.
El otro emergente de este proceso electoral ha sido Unidad Ciudadana, la fuerza política liderada por Cristina Fernández de Kirchner, cuyo objetivo es constituirse en la principal oposición al gobierno de Cambiemos y ser el paso fundacional hacia la gestación de una verdadera alternativa política de cara a las elecciones presidenciales de 2019. Para ello, habrá que seguir atentamente el posicionamiento de las otras vertientes opositoras, la voluntad frentista de sus integrantes y la generosidad de los dirigentes a la hora de establecer acuerdos.
Finalmente, nos parece de fundamental importancia definir el papel de las entidades de la economía social y solidaria en este contexto, habida cuenta de que las fuerzas dominantes del mercado ya comenzaron a reclamar la puesta en marcha de los ajustes reiteradamente anticipados por el gobierno. Medidas estas que habrán de favorecer a los grandes grupos económicos, con el consiguiente impacto negativo sobre las capas medias y la población de menores ingresos. El gran desafío para las empresas cooperativas será lograr la mayor eficiencia posible, para seguir demostrando que se puede democratizar la economía por medio de la solidaridad.

 

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