Política

Ernesto «Che» Guevara: legado intacto

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A 50 años de su asesinato, la figura del líder revolucionario sigue vigente como referencia de luchadores sociales de todo el mundo. Curiosa campaña de rechazo en su ciudad natal.

Monumento. Una ONG lanzó un petitorio para removerlo del parque rosarino. (Julieta Pisano)

Una ONG llamada Fundación Internacional Bases comenzó a tener difusión en agosto al lanzar un petitorio dirigido a la Municipalidad de Rosario para que remueva el monumento que conmemora a Ernesto Che Guevara, retire su nombre de lugares públicos y se abstenga de rendirle honores. La recolección de firmas adoptó como fecha límite el 9 de octubre, cuando se cumplen 50 años de la muerte del líder revolucionario y en consecuencia, como en cada aniversario, se plantea la valoración de su legado.
No es la primera vez que la figura del Che es objeto de un ataque. Los militares bolivianos que lo ejecutaron después de tomarlo prisionero divulgaron la versión de que sus últimas palabras habían sido la admisión de una derrota, una historia fraguada para erosionar su carisma e influencia. Incluso hubo acciones menos torpes que la iniciativa de la Fundación Bases, que invocó el gasto de dinero público desconociendo que el monumento se realizó con llaves que donaron casi 15.000 personas. Lo que resulta nuevo es la forma que adopta la reacción –a través de un conjunto de sitios y plataformas en las redes y de periodistas conocidos, que multiplican su repercusión– y el contexto en el que se produce, donde encuentra su condición de posibilidad y de máxima circulación.
La campaña contra el Che no aparece como un episodio aislado, sino que se integra con otras maniobras de agitación. La burla hacia el progresismo y la estigmatización como «populista» de cualquier política alternativa, por parte de analistas con probada competencia mediática, apuntan igualmente a legitimar y generar consenso para el ideario neoliberal. Expulsar a Guevara de la memoria y del horizonte cultural es una posición de principio para esos sectores, porque el Che representa de modo emblemático los valores a los que el neoliberalismo se opone y porque fue uno de sus principales enemigos, y lo siguió siendo aun después de su muerte, como inspirador de movimientos políticos y modelo de jóvenes y de militantes. El monumento que lo honra en el parque Hipólito Yrigoyen, en Rosario, manifiesta además una acción popular de reivindicación y es la huella de una movilización histórica, en su inauguración, el 14 de junio de 2008.

Pensamiento presente
Desde su muerte, el significado de Guevara como símbolo se actualiza y es objeto de revisión en cada etapa histórica. A diferencia de la mayoría de los líderes políticos de su época, persiste como una referencia. Algunas de sus reflexiones –por ejemplo las advertencias sobre el riesgo del dogmatismo y la burocracia– sorprenden por su temprana formulación y otras recobran validez a la luz de la coyuntura, como el modo en que la ideología liberal, decía, naturaliza el comportamiento individualista, abstrae a la persona de sus vínculos con los demás y le propone modelos de superación engañosos: «La propaganda capitalista pretende extraer del caso Rockefeller –verídico o no– una lección sobre las posibilidades del éxito. La miseria que es necesario acumular para que surja un ejemplo así y la suma de ruindades que conlleva una fortuna de esa magnitud no aparecen en el cuadro», escribió en El socialismo y el hombre en Cuba.
La extraordinaria difusión de su imagen hizo pensar que corría el riesgo de convertirse en una mercancía. Algunos jóvenes, dice Jon Lee Anderson en la biografía que le dedicó, «parecen sorprenderse al darse cuenta de que el Che fue un revolucionario real, de carne y hueso, y que como tal, mató gente». En una conferencia de prensa de 1961 había adelantado: «Soy un convencido de que tengo una misión que cumplir en el mundo y en aras de esa misión quizá tenga que sacrificar mi vida».
Las reacciones que provoca demuestran que su ejemplo –un joven de clase media que tomó las armas para luchar contra un orden injusto– y la densidad que le otorga a la idea de compromiso están intactos. Su vida, como dice el periodista estadounidense, «resulta reveladora», pero no solo de la época en que actuó, sino también de las condiciones del presente en que vuelve a dar pelea.

 

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